Capítulo 2: Un día inolvidable

“¡Al fin hemos llegado, la playa no está muy lejos de la estación!” Tras salir de la gran estación de trenes, no estábamos tan distante del paseo de la playa y Kasumi muestra su alegría mientras se estira.


“¿Quieres que vayamos a comer a una cafetería?” Intento sugerir una buena idea tras sentir como empezaba a tener hambre.


De hecho, hay un lugar al que siempre he querido ir y he visto cientos de veces en redes sociales, todas las reseñas son muy positivas, me gustaría probarlo.


“Por mi bien, ¿Pero conoces alguna que esté cerca?”

“Más o menos podría decirte que sí, pero habrá que caminar un poco, pero tiene muy buena puntuación.



EL VALENCIANO


“¿Qué es el valenciano?” Mirando el gran cartel que tenía en la llamativa fachada de color madera, queda Kasumi indecisa.

“Es una cafetería española que proviene concretamente de valencia, una ciudad muy moderna de España.” Mostrándole mi conocimiento sobre un gran país como es España, contesto a su pregunta.


Nos sentamos en una mesa de la terraza, y abrimos la carta donde mostraban todas las comidas.


“Paella, fideuá, tortilla de patata, gazpacho… ¡Todo se ve muy bueno, Haruto!”

“Sabía que te gustaría la comida, por lo visto tiene un apartado de restaurante. Un día podríamos venir a comer ahora que yo también he descubierto esta parte de la carta.”


“Hola, ¿Qué os gustaría pedir?” De forma imprevista me doy cuenta como aparece un camarero que no había visto venir.

“Buenas tardes, perdona. No he conseguido encontrar los churros con chocolate, ¿Es verdad que los vendéis?”


“¡Por supuesto! Son muy vendidos, pero en la carta que tienes en tus manos no se encuentra. Esa es la de comidas, ¡Pero enseguida os traigo el pedido!”


“¿Qué es lo que has pedido, Haruto?” Sin entender nada, con un rostro completamente inocente me pregunta.

“Es una comida que, por lo que he visto, es muy buena, aunque cuando más se come es en invierno, en concreto por la mañana tras ser año nuevo.”


“Aquí tenéis dos tazas de chocolate caliente y cuatro churros.” Con mucha amabilidad, nos deja sobre la mesa el pedido.


“Coges con las manos un churro y lo untas en el chocolate caliente, ¡Pero ten cuidado de no quemarte!”


Con mucha curiosidad, Kasumi queda sorprendida por mis palabras, y con delicadeza sigue los pasos que le acabo de mencionar.

Tras probarlos, sus ojos se agrandecen e incorpora su cuerpo de la gran sensación que acaba de surgir tras probar esta nueva combinación.


“¡Está buenísimo! ¡¿Cómo no lo he probado antes?!” Con una gran sonrisa muestra toda su alegría cerrando los ojos.


“¡Muchas gracias por traerme a este lugar Haruto! ¡Lo comería todos los días, sin dudarlo!”

“Bueno… O mejor, lo haría, pero en invierno, estoy empezando a sentir calor por tomar chocolate caliente en esta época del año…” Añade, empezando a darse cuenta del contrarresto de la situación.

“Me alegra que te haya gustado mi idea de venir a esta cafetería.”



Tras haber cumplido uno de los sueños que llevo persiguiendo durante meses, al fin tengo suficientes energías para ir a la playa con Kasumi.


“¡Mira Haruto! ¡El mar! Dando una vuelta sobre si misma tras pisar el agua, dice gritando.


“¿De verdad vas a entrar? Viendo cómo, de hecho, ya se estaba mojando los pies, mi cuerpo si quiera no podía reaccionar.


Mis ojos solo se centraban en la felicidad que transmitía en todo momento, riéndose mientras levantaba el agua con los pies, o jugaba con esta misma, me llenaba el interior de alegría, la que contagiaba solo con su presencia.


“¡Vamos Haruto entra! No me dejes aquí sola” Intentando tirarme agua desde tanta distancia con las manos, me reclama.

“¿De verdad crees que voy a entrar si me estás recibiendo de esa forma? ¡Me gustaría subirme al tren de vuelta seco, no empapado!”


Tras quitarme los zapatos, empiezo a entrar lentamente en el agua. Sin poder evitarlo levanto un pie al sentir el frio que transmitía el agua en estas fechas, sintiendo ligeramente como el otoño está a la vuelta de la esquina, aunque el clima no lo haga notar del todo.


“¡Eres muy lento, Haruto!” Molesta me tira ligeramente agua con la pierna.

“¡Para, para! ¡Qué está muy fría!” Poniendo las manos delante para intentar protegerme, no puedo evitar sonreír.

“¡A ver si así te despiertas de una vez!” Sin poder contener la risa, noto como ha buscado una excusa mínima solo para tener un motivo para lanzarme agua.


Mientras seguía haciéndolo pese a mis palabras de clemencia, no podía evitar reírme.


Este año me prometí a mí mismo, que no sería el mismo de siempre, que me mantendría al margen del resto de personas para evitar acabar como todas las otras veces…


Caminando con el atardecer de fondo por la arena de la playa, sin darse cuenta Kasumi, estaba tan cerca de mí que llego a rozarme con su hombro el mío ligeramente.


Pero no puedo controlar ese comportamiento con ella, su esencia hace que me rinda ante mis principios y caiga en las manos de la dependencia emocional que tanto intentaba guardar en lo más profundo de mi ser.


Caminando sin dirigirnos la palabra, simplemente disfrutando del atardecer y del sonido que mostraban las olas tras llegar a la orilla, era una sensación que nunca antes había sentido de la forma en la que lo estoy haciendo ahora.


Giro mi mirada hacia su rostro y pude ver como Kasumi estaba distraída mirando el suelo mientras caminaba.


“¿Nos vamos? Sino se va a hacer demasiado tarde. Aún nos espera un largo camino de tren hasta nuestra casa.”

“Será lo mejor” Cerrando los ojos y ladeando la cabeza ligeramente asiente mis palabras.



Bajamos finalmente del tren tras llegar a nuestra parada. La noche ya se había hecho con el cielo, y el silencio de las calles hacía notar la misma sensación de tranquilidad que la playa de hace unas horas.


Mientras caminábamos, continuábamos hablando de nuestras cosas, mientras ella sin poder evitarlo se reía con constancia, pero lo que más sentía yo, eran como sus ojos brillaban continuamente mirando fijamente los míos.


“¿Te apetece que nos quedemos un rato en este parque?” Sintiendo la necesidad de seguir disfrutando de ella, mis piernas no me permitirían irme en otra dirección que no fuera a su lado.


Sorprendida, asiente con la cabeza tras ver como mi personalidad estaba siendo diferente a lo que está acostumbrado a ver.


“Siento entretenerte tanto, seguro que estás cansada, y querrás irte a casa.”


Viendo cómo se adelantaba, mientras yo estaba en mí misma posición.


“No tengo ninguna prisa, mañana no tenemos clase, ¡Además! ¡Todo lo que tenga que ver con estar a tu lado nunca podría rechazarlo!”


Con las manos en la espalda, entra al recinto caminando mientras tenía los ojos cerrados mostrando la seguridad en sus palabras, siempre acompañada de esa sonrisa tan agradable como los rayos de sol tras un día de tormenta.


“¡Kasumi!” Doy los pasos necesarios para entrar en el parque, mientras cierro la mano con fuerza y bajo la mirada.

Ella sin esperarse que la nombrara con tanta intensidad, se da la vuelta completamente sorprendida.

“Dime, Haruto. ¿Qué ocurre?”


“El primer día de clase sentía que este iba a ser el año en el que más solo me iba a encontrar. Sentía que no quería saber nada de nadie para evitar acabar dolido como todas las otras veces...”


“Entré al instituto con la soberbia de no dirigirle a nadie la mirada, pero en ese mismo instante, Dios me echó un jarro de agua fría y me volvió a poner los pies en la tierra mostrándome a un ángel en el suelo necesitando a una persona que la ayudara en un momento de necesidad.”


“Dándome cuenta, de que es la misma ayuda que yo sentía en mi interior para volver a encontrarme tras tanto tiempo de dolor por mi pasado. Todos los días que pasaba contigo eran más alegres que los anteriores, tu felicidad, tu energía, tu sonrisa, hace que no pueda evitar rendirme ante los sentimientos que me transmites con cada palabra tuya por muy insignificantes que puedan incluso llegar a ser algunas veces…”

“Haruto…” Sin poder evitarlo, empieza a emocionarse, por mis palabras.


Pongo la mano en mi pecho mientras acabo cerrando el puño sin si quiera tener el valor de mirarla a los ojos.


“Eres el motivo por el que puedo sonreír sin darme cuenta de las preocupaciones que sentía que arrastraba, gracias a ti… ¡Puedo sentirme orgulloso del tipo de persona en el que me estoy empezando a convertir!”


“¿Sabes?” Mis ojos empiezan a llorar tras levantar la cabeza y mirarla sabiendo el ridículo que estaba haciendo delante de ella, abriéndome desde lo más profundo de mi ser.


“Kasumi.”

“Es por ello que desearía que estos momentos no desaparecieran nunca y estuviéramos siempre juntos, compartiendo tus alegrías y tu energía todos los días… Así que por favor…


¡Sal conmigo!”


Inclinándome hacia adelante con mucha fuerza de la presión que sentía en mi interior tras todo lo que acabo de decir.


Por favor, ¡Haz que acepte! No me atrevería a levantar la cabeza después de todo esto…”

“Por… favor…”


Sintiendo una gran impotencia ante un segundo de silencio que para mí parecían convertirse en horas, no puedo evitar empezar a sentir tanto nerviosismo que comenzaba a sentir como mi voz se rompía.


“¡Sí! ¡Estaría encantada de salir contigo!

“¡Haruto!”


Tras escuchar sus palabras, levanto la cabeza y pude ver como se encontraba llorando sin poder contenerse con un rostro tan alegre que era inevitable no darse cuenta de que de verdad es la chica con la que siempre he soñado tener a mi lado.


Levantando la cabeza mirando al cielo, fuerzo la mano tras cerrarla sin poder contener toda mi alegría mientras suelto un grito liberando toda la presión que estaba acumulando en mi interior.


Tras ello, me dirijo hacia ella, y la envuelvo en un abrazo tan profundo como el océano, pero tan claro como un día soleado de primavera.



Tras pasar unos minutos y volver a abundar en la calma, nos dirigíamos hacia un banco del parque, junto a una fuente que daba un gran ambiente para pasar un rato antes de irnos a nuestras casas.


“¿Te parece si voy a la máquina dispensadora a comprar unas bebidas?”

“Claro, está bien, te esperaré en el banco.” Asintiendo a Kasumi, empieza a caminar yendo hacia dicho lugar, que se encontraba al lado de la entrada del parque.


Me encanta que en todas las partes de japón haya máquinas de bebidas por todas partes, y que tenga tantísima variedad, la iluminación que tienen, hace que la noche se vea más acogedora.


Parándome a pensarlo, me doy cuenta de que Kasumi, tendrá que elegir qué tipo de bebida tendrá pensado darme.


¿Qué tendrá pensado escoger para mí? Intuyo que será un tipo de té… No sé si sabrá que el verde es mi favorito sin duda.


Tras terminar de darle vueltas, podía ver como Kasumi estaba recogiendo las bebidas y así volver, por ello, me di la vuelta para caminar hacia el banco donde dije que la esperaría.


Estando a escasos metros de la fuente, no pude evitar tras girarme, el ver como había algo demasiado luminoso provenir de su interior.


“¿Qué será eso?” Sin entender que podría hacer que hubiera una luz tan fuerte, me acabo asomando, y de su alto brillo no conseguía resolver mi duda.


Me inclino ligeramente hacia la fuente, y estiro mi brazo metiéndolo dentro del propio agua, y tras alcanzarlo, intento sacarlo del interior para ver de cerca con exactitud lo que era.


“¿Qué pasa? No consigo sacar la mano…” Empiezo a intentar tirar de ello, tras no conseguirlo, intento soltarlo abriendo la misma, pero queda completamente bloqueada.


“¡¿Por qué no puedo abrir ni sacar mi mano del agua?! ¡¿Qué está pasando?!”

“¿Haruto? ¿Qué estás haciendo?” Sin entender porque empezaba a sentirme agobiado sin sacar la mano del agua, Kasumi se preocupa mientras llegaba.


Tras escuchar las palabras de Kasumi, giro la cabeza para dirigirle la mirada y en ese mismo momento, siento una fuerte presión provenir del objeto que empezaba a tirarme hacia el interior de la fuente.


Deja caer las bebidas al suelo al empezar a asustarse, viendo cómo me caía a la fuente mientras empezaba a correr hacia mí.


Antes de que pudiera resistirme, empiezo a caer de lleno, y mis ojos quedan clavados en la mirada de Kasumi mientras estiraba mi otra mano para llegar a ella.


Pude presenciar una de las escenas más dolorosas de mi vida a cámara lenta. Sentía en mi interior que ya era tarde para reaccionar y solo pude quedarme mirando como Kasumi lloraba desconsolada mientras corría hacia mi estirando la mano para alcanzarme sin entender si quiera lo que estaba ocurriendo.


“¡Haruto!” Un grito que me encogía el alma escuchando como me nombra entre la desesperación es lo último que escucho de ella.


Pude sentir, como por lo mínimo, nuestros dedos no se tocaron y mi cuerpo queda sumergido en una profundidad de agua hasta que finalmente todo se vuelve oscuro.



“¿Ka… Kasumi?”

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Tenía una vida perfecta, pero entré en otro mundo y tuve que escapar del reino que quería matarme @victoruch

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