Las sombras del héroe Félix Vizun

[ Domingo 12 de abril del 2020 --- < 13 : 35 > ]


Ártico reino de JUDAIS.


---Jeremías ¿En serio planeas convertir mi ciudad en un mar de sangre?


Fue la pregunta que lanzó el Rey David mientras incrementaba su sed de sangre.


Jeremías y Baltazar Caravedo (quien cargaba al héroe Félix Vizun), detuvieron toda acción.


Se quedaron quietos frente a la puerta.


Aun con toda esa sed de sangre no tuvieron miedo, eso era de esperar de ambos sabios, aunque si Félix Vizun no estuviera inconsciente, su reacción hubiera sido parecida a cuando Eris conoció a Ruijer.


En serio, cualquiera que no sea un ser tan poderoso cercano a los Sabios reaccionaria de esa forma, o hasta peor, podrían sufrir un paro cardiorrespiratorio y morir.


Después de unos cuantos segundos, que por la presión del momento, parecía una eternidad, Jeremías observó por el rabillo de su ojo derecho, al rey David.


--- ¿Y que si es cierto?


El Rey David pudo presenciar que en ese par de ojos negros existía una llama de odio y resentimiento, eran los ojos de una persona que no le importa en lo más mínimo la vida humana, que es capaz de sacrificar a miles de personas solo para finalizar su venganza, tanto odio en alguien de su calibre era preocupante para toda una nación, ahora la pregunta sería, ¿Quién sería tan estúpido para provocar la ira de alguien tan poderoso? El Rey David lo sabía. Sabía quiénes eran los causantes, un grupo terrorista que ha estado bajo las sombras sembrando la semilla del caos en varios reinos de diferentes continentes.


---Con que... Faunos Riptus ¿Verdad?


---...


---...


Jeremías no respondió, aunque su sangre hirvió cuando escuchó el nombre de esa organización, que él mismo juró mostrarles un sufrimiento, peor que el mismísimo infierno.


El único que solo se mantuvo en silencio solo porque no entendió el significado en ese intercambio de palabras, fue Baltazar Calavero.


Claro está que Félix Vizun, al estar inconsciente no contaba como alguien que podría escuchar y mucho menos opinar sobre la situación.


---Destruirás mi reino y todos los que los que sean necesarios, solo para destruirlos.


Jeremías mantuvo la calma.


No dejo que la ira lo controlara.


De empeorar las cosas podría comenzar un enfrentamiento entre él y el Rey David Giant, de darse ese hecho, este país, no, todo este continente sufriría daños irreversibles, esto solo beneficiaría a esa podrida organización.


Si quería cumplir su venganza, debía preparar antes un anzuelo con carnada, y una vez sean atraídos, destruirlos con un hechizo de rango <REY>, si es necesario usaría hasta el rango <DEIDAD>, no importaba si eso atraía consecuencias irreparables a este mundo, él, definitivamente—


---No planeo causar tal destrucción. Soy quien protege a la gente y resguarda la supervivencia de la humanidad, aquel que guía a los héroes y alumbra el camino hacia la esperanza. Soy un sabio.


---Bonitas palabras, Amanda le hubiera gustado escuchar eso. Es una lástima que solo sean mentiras.


---...


---Crees que puedes engañarme.


El Rey David cerró los ojos.


---Puedo ver a través esa máscara tuya, desquiciado lunático que piensa en la venganza solo por la muerte de uno de sus compañeros. ¿Crees que Amanda será feliz por eso? ¿Crees que te sonreirá desde los cielos? Solo eres otro estúpido humano.


Abrió los ojos.


---Atrévete a provocar una sola muerte en mi reino y juro que no solo tú, sino toda tu descendencia pasaran por un horrible final.


--- ¿Es una amenaza?


---Es una advertencia, después de todo yo no amenazo, si quisiera podría matarte justo ahora, no me tomaría ni un segundo, pero quiero ver con mis propios ojos si logras cambiar tu decisión.


--- ¿Mi decisión?


Una breve pausa.


--- ¿¡Crees que cambiaré mi manera de pensar!? ¡Estás muy equivocado, definitivamente los encontraré!


Jeremías abrió la puerta y antes de salir terminó con unas simples palabras, las cuales contenían todo su odio.


--- ¡Y los mataré a cada uno de ellos!


Dicho eso, Jeremías salió del despacho, dejando atrás a Baltazar Caravedo, Félix Vizun y al Rey David.


[¿Qué te ha pasado amigo...?] Fue lo que pensó Baltazar Caravedo al ver a su amigo de años comportarse de una manera inusual.


Esos ojos negros que antes mantenían un brillo intenso que daba a relucir su amor por la vida humana, ya no está en ninguna parte, tan solo hay un fuego de odio que consume lentamente su propia alma.


Habían estado conversando de lo más normal hasta hace unos instantes, obviamente que la noticia sobre la muerte de uno de los sabios había llegado a sus oídos unas horas antes, era un trágico suceso y un gran golpe, pero aun con once sabios podrían arreglárselas para invocar a los tres últimos héroes, así que mientras la seguridad del resto de sabios se mantenga al máximo, la muerte de Amanda no sería en vano, ya que ahora tienen información sobre esa organización que se ha mantenido bajo las sombras todo estos años.


Básicamente la noticia era triste, pero no había momentos para lamentos.


Para Baltazar Caravedo y posiblemente para el resto de sabios, la noticia de la muerte de Amanda seria tomada de esa manera, ya que si fueran a buscar venganza como planea Jeremías, hay posibilidad de caer en una trampa muy obvia, si eso ocurriera y todos los sabios fueran eliminados, invocar a los últimos tres héroes sería imposible, por ende la humanidad no lograría derrotar a los demonios en la guerra humana-demoníaca.


Claro está que con la información de Félix Vizun sobre la existencia del monstruo de ojos verdes que destruirá los mundos, la máxima prioridad todavía seguiría siendo invocar a los últimos héroes, ya la guerra podría ser dejada de lado y tratar de buscar una alianza en el menor tiempo posible, puesto que hasta donde a escuchado de su discípulo es que el tiempo y la cantidad de guerreros que pelearan en primera línea, siempre fue el máximo problema.


---Baltazar.


Antes que pudiera despedirse para pasar a retirarse, el Rey David Giant, dijo su nombre.


--- ¿sí?


---Tengo un favor que pedirte.


---...Escucho.


---Sé que mis tres leales guerreros no perderán el encuentro, pero de darse el milagro y Eva Heinrich ganara, podría pedir que tu discípulo la acompañe por un tiempo.


Baltazar pensó en el significado de esas palabras y el peso que eso traería, después de todo, un héroe que representa a todo una nación, no solo es una gran publicidad sino también un gran poder de guerra, si aceptara deliberadamente podría tener una seria discusión con el rey Leopoldo Casiano, quien está al mando en todo Hinduis, reino de ANTÁRTICA.


---Me preocupa la condición del héroe, es fuerte y tiene un gran espíritu, pero presiento que no ocurrirá mucho tiempo hasta que toda esa voluntad se rompa, apuesto que si acompaña a Eva encontrará la respuesta a sus pesadillas.


---...


Baltazar abrió ampliamente sus ojos.


Ese instinto asesino.


Esa sed de sangre que podría enfriar su sangre y romper tus huesos, ya no se encontraba en ninguna parte, solo podía ver a un legítimo REY sentado en su escritorio.


---No esperaba menos de su majestad, es usted más sabio que nosotros mismos.


Baltazar bajo la cabeza y continuó.


---Como usted diga, le pediré a mi discípulo que de ser posible acompañe a la heroína, Eva Heinrich.


---Gracias.


---Con su permiso, paso a retirarme.


---*Asiente*


Baltazar salió del despacho, cerrando la puerta en el proceso.


Con esto la conversación entre los sabios, los héroes y el rey, culminó.


***


--- ¿¡Qué- qué!?


---Ya te lo dije una y mil veces, no me hagas repetirlo.


--- ¡Es que no logro entenderlo!


---Solo pido que acompañes a la heroína Eva Heinrich en su viaje, bueno, eso siempre y cuando ella gane el combate.


La discusión entre el héroe Félix Vizun y el sabio Baltazar Caravedo inicio cuando este, poco después de despertar, luego de desmayarse vergonzosamente frente al Rey de Ártico; escuchó lo que su respetado maestro empezó a decirle... lo cual, como siempre le entraba por un oído y le salía por el otro, aunque eso cambió cuando el tema se centró en que el rey David había pedido exclusivamente que en el caso que Eva Heinrich ganara el combate, él, debía acompañarla por un tiempo, esto obviamente le provocó un shock.


--- ¿¡Es en serio!? ¡Me estas pidiendo que acompañe a ese monstruo! ¡Estás loco, anciano! ¿¡Ya te está fallando la cabeza o qué!?


--- No pensé que llegaría el día en que le faltaras el respeto a tu honorable maestro, yo quien te acogí desde los 12 años, este anciano va a llorar.


--- ¡Ghe...! ¡Qué asco!


Cuando la palabra "asco" llegó a sus viejos y desgastados oídos, Baltazar dejó de tratar de convencerlo por las buenas.


A una velocidad que no es propia de un anciano que está hasta los huesos, Baltazar, con su mano derecha, llegó hasta el oído izquierdo del irrespetuoso de su discípulo, Félix Vizun, y lo jalo hasta el suelo, obviamente la cara de su discípulo le dio un beso al sucio piso.


--- ¡Auch! ¿¡Que estás haciendo anciano, eso duele!


---Ahora me vas a escuchar ingrato. Me vas a obedecer, es una orden.


---Ni muerto, si voy con esa loca, terminaré en sillas de ruedas para toda la vida, ni la magia podrá curarme.


---Estas exagerando, en este mundo no hay nada que la magia no cure, bueno si mueres es otra cuestión.


--- ¡No! ¡No! ¡No! ¡No quiero morir!


--- Ya está bien, mira, que tal si le pido a cierta chica que te gusta que les acompañe, no sería genial, puedes aprovechar en sumar puntos y luego pedirle que sea tu esposa de una buena vez.


Félix, quien se había estado negando toda una hora completa, de repente se calmó.


--- ¿Ella vendrá...?


---Si aceptas, puedo llamarla en este instante.


---...


Félix estuvo algo pensativo.


[Esa loca de Eva Heinrich, de todos los mundos que he visto, nunca ha ganado el combate contra esos tres, es cierto que en un futuro lejano se volverá casi invencible... aunque eso el anciano no lo sabe, así que solo aceptare su propuesta, entonces podré verla, jejeje]


---Está bien, acepto.


---Entonces es un trato, cierto.


---Sí, sí, como sea, ahora llámala anciano.


---*Observar*


Félix notó que su maestro, le advertía con la mirada.


---llámala ya por favor, honorable maestro.


Baltazar liberó el oído izquierdo de su discípulo y caminó hacia una esquina del establo en donde estaban, sacó de su bolsillo de su túnica una hoja, la cual tenía una inscripción.


---Sí, ¿aló? Soy yo, Baltazar, puedes hacerme un pequeño favor y venir...


Félix solo pudo escuchar hasta ahí, lo demás fue dicho en un tono de voz tan bajo que sería imposible escuchar, claro está que con magia todo es posible, razón por la que Félix la utilizó, aunque no dio resultado, ya que su maestro conjuró una barrera.


[Tendrá sus noventa y tantos años, usará una vergonzosa túnica rosada, pero después de todo sigue siendo mi maestro, era obvio que no iba a poder escuchar]


Después de un par de minutos, su maestro se alejó de cierta esquina con dirección a la carroza en donde él se encontraba sentado.


---Fue un poco difícil convencerla...


--- ¿?


---Pero al final aceptó, estará aquí dentro de poco.


--- ¡Genial! ¡Podré verla, podré verla, podré verla!


[Al fin podré verla de nuevo... Después de recuperar mis recuerdos de los otros mundos paralelos originales, siento que no la he visto en muchos años, quisiera abrazarla con todas mis fuerzas apenas la vea, pero aún es muy pronto, actualmente ni siquiera estamos saliendo, además que si me sobrepaso puede llegar a rechazarme, ya ha pasado en ciento setenta ocasiones, me dolería que esa cifra aumentara]


Con estos pensamientos recorriendo su mente empezó a observar su vestimenta.


Llevaba sus típicas botas de cuerpo, su típica túnica de mago color grisáceo, su típico grimorio a su lado derecho, como aún no desarrollaba sus pergaminos de guardado rápido de mana, no llevaba su morral de cuero... todo de él era tan "típico" que casi se convierte en cenizas.


Su maestro al ver como su estudiante se ahogaba en sus propios lamentos innecesarios, decidió golpearle con todas sus fuerzas en esa espalda desanimada.


--- ¡Auch...! Ya deje de hacer eso maestro.


---Qué tal si vamos a ver el combate de la heroína, ya debe de estar comenzando.


---Está bien.


Ambos dejaron la carroza con la que viajaron desde ANTÁRTICA, y caminaron en dirección hacia el coliseo central, en donde se llevaba a cabo el combate entre Eva Heinrich y los tres guerreros de Judais.


Cuando Félix Vizun vio caminar a su maestro la mirada en su rostro se oscureció, puesto que había recordado algunos sucesos que ocurrirán dentro de unos años.


Su maestro, la persona que más respeta en el mundo, claro está que no lo demuestra muy seguido; fue asesinado poco antes que apareciera el rumor sobre aquel monstruo de ojos verdes, parece que descubrió la identidad del líder de ese grupo terrorista llamado "Faunos Riptus", y para silenciarlo, fue eliminado... de solo recordar como el cuerpo de su maestro fue encontrado, aún le revuelve el estómago.


Obviamente en antiguos bucles le había advertido sobre su situación, pero parecía que su destino ya estaba tallado en piedra, ya que no importaba cuando se esforzara en evitarlo, su maestro siempre encontraba su muerte, prácticamente era un punto muerto imposible de rescatar, pero ese tiempo no podía quedarse estancado en la muerte de su maestro, tenía que salvar a la personas claves para la alianza, hacer lo posible por mantener a salvo a los reyes demonios para la guerra definitiva.


Intentar de todo.


Salvarlo todo.


De la manera más efectiva posible.


Pero en ese oscurecido rostro solo se reflejaba dolor e impotencia que no podía mostrar libremente.


Tenía que guardarse todo su sufrimiento.


Tenía que guardarse todas sus penas.


Nada serviría ir a lloriquear a los pechos o en el regazo de su amada.


Eso no logrará nada.


Nada podrá salvarse si muestra debilidad, eso lo sabía muy bien, morir más de 608 veces, no fue en vano.


[No importa lo que le pase a mi alma. No importa si mi voluntad se quiebra en pedazos. No importa las veces que tenga que morir. No importa si me destruyo a mí mismo, definitivamente voy a encontrar un final en donde todos puedan sonreír]


---No te quedes ahí parado, vamos.


---...Si, maestro.


Félix Vizun corrió hasta llegar a lado izquierdo de su maestro y empezó a caminar a su mismo ritmo.


---Entiendo que te emociones tanto por verla...


Baltazar se replantó nuevamente lo que acaba de decir en su mente y un signo de interrogación apareció a un costado de su cabeza.


---Sabes que, la verdad es que no lo entiendo. Apenas se han visto un par de veces, sé que eso paso hace años, ¿Cómo es que estas tan enamorado de esa chica?


---Jejeje~ Eso es porque en un futuro cercano nos volvemos muy íntimos.


---... ¿Haaa...? ¿Tú y ella... es en serio?, muchacho, ¿No estás delirando?


---Claro que no, y más vale que lo mantengas en secreto anciano o le rebelaré al rey Leopoldo que has tenido aventuras con su esposa.


--- ¡Oye tú, granuja!


--- ¿Qué?


---Querido estudiante, ¿Cómo es que sabes eso...?


Félix asintió contento.


---Es la ventaja de mi habilidad.


Baltazar escupió las siguientes palabras.


---Asquerosa habilidad del diablo.


--- ¿Qué ha dicho maestro?


---Es una muy buena habilidad, realmente fuiste bendecido.


[Con que... bendecido]


Félix internamente casi maldice esa sola palabra.


"Bendecido"


Ciertamente fue llamado así en algunos bucles, pero él jamás se sintió de esa forma, al contrario, Félix se sintió maldecido, ¿Quién estaría feliz con esta habilidad? No podía suicidarse puesto que sus recuerdos pasaban a la siguiente línea, y era como si estuviera en un agujero de gusano.


Como si su vida solo fuera un círculo interminable de sufrimiento y dolor.


Morir y regresar poco antes de la gran catástrofe.


Cada vez que encontraba su muerte, regresaba unos meses antes a su anterior retorno.


Se podría decir que cada vez tenía más tiempo para desarrollar un plan de contingencia, para así salvar a todos los que pudiera, pero también resulto ser inútil.


Vio morir a sus seres queridos una y otra vez.


Morir una y otra vez.


No sería nada raro si actualmente su cordura pendiera de un hilo.


---Cuéntame un poco más sobre ese monstruo de ojos verdes.


---...No tengo mucha información sobre esa cosa, ya que la mayoría del tiempo estuve solo de apoyo en la retaguardia, aunque en si puedo afirmar una cosa...


Ambos giraron en una intersección y llegaron a una recta que llevaba directo al coliseo.


Luego de su breve pausa, Félix continuó.


---Es muy poderoso, peleaba en igualdades con el mismísimo Dios Dragón de Caos.


---Ahora tiene sentido, si esta en igualdades con esa monstruosidad de poder puro, destruir todo el mundo no suena a nada broma.


--- ¿Habías pensado que era una broma?


---O sea, tienes una habilidad muy imperfecta, si pudieras solo ver el futuro sería más reconfortarle, pero lo que tú estás viendo son otras líneas temporales, cosa que hasta ahora no has podido hacer, tan solo pobres visiones sobre cosas sin importancia.


---Sí, lo entiendo.


---Ey, discípulo. ¿Tienes miedo?


Ambos se detuvieron frente a la entrada sur del coliseo.


---... Es obvio que sí, pero eso no significa que vaya a rendirme, después de todo soy un héroe, mi deber es salvar el mundo, he comprendido mi rol desde que fui invocado hace quince años.


---No esperaba menos de mi discípulo, jajaja. Pero no me dejes atrás, yo también planeo ayudarte en todo lo que pueda.


"Yo también planeo ayudarte en todo lo que pueda"


Con estas palabras una escena nítida apareció en su mente.


En esa escena se encontraba a él mismo llorando frente al cadáver de su maestro.


Era su maestro, quien lo crio desde los doce años como si fuera el padre que nunca tuvo.


Aquel que le enseño todo sobre la magia, su respetado maestro y padre.


Se encontraba tirado en lo profundo de un bosque bajo la lluvia incesante, su cuello abierto por el corte de un cuchillo, sus brazos y piernas rotas, sus ojos rosa oscuro no mostraban signos de vida.


Siempre le decía entre risas que si iba a morir tenía que ser en los brazos de la mujer del rey Leopoldo.


Obviamente no importaba cuantos bucles pasaran, siempre tardaba en reponerse, superar su muerte, es una de las peores pruebas que su destino le impuso.


---Obviamente, anciano, tienes que ayudarme, no se te permitirá hacer el vago.


---jajaja. Ey, discípulo, dime una cosa.


---¿?


---En esas otras líneas temporales, hay alguna en donde me escapo con la esposa del rey y soy feliz.


[.....................................................................................................................]


---La hay, pero si no tiene cuidado, en serio, el rey Leopoldo lo ejecutará.


--- ¿En serio? Wuou, ese 'yo' de esa otra línea temporal me llena de orgullo. jejeje~


--- ¿Por qué se ríe de esa forma? Me está dando asco.


---Es que solo pensar que le pondré las manos encima a la reina, jejeje~


---Es un viejo enfermo~


---Dime lo que quieras, pero esa reina esta fuertísima


~


---Aaag... ya empezó a delirar, creo que la edad lo está castigando mucho, además que eso sería ilegal, la reina tiene 25 años y usted ya va a llegar al centenario.


Baltazar levantó su mano derecha arrugada al cielo y exclamó.


--- ¡Muchacho, para el amor no hay edad! ¡La edad es solo números!


---... Y la cárcel solo una habitación.


Félix solo pudo suspirar para liberar la decepción que sentía hacia su maestro mientras subía los escalones.


Su maestro a su edad posiblemente a ojos ajenos se pensaría que no podría subir solo las escaleras, pero este hasta los saltaba de dos en dos, como si estuviera burlándose de todos esos ancianos de su edad que ni pararse bien pueden.


---Apura muchacho, quiero ver como pelea esa loca de la que hablas.


--- ¡Shiiii! Maestro no diga eso en voz alta, recuerde que aquí todos la respetan.


---Cierto, podrían lincharte.


---Eso es—


Cuando llegaron al final de los escalones, desde el podio de donde se encontraban, se podía ver claramente el sangriento combate entre Eva Heinrich y los tres guerreros de ÁRTICO.


Baltazar se quedó sorprendido por el nivel del combate, ya que esto superaba en creces a todo lo que había visto en sus 96 años de vida.


En el caso de Félix fue algo diferente, él no se encontraba sorprendido sino impactado.


Completamente diferente a los anteriores bucles.


Esos tres guerreros, jamás usaron esas armaduras doradas en sus cuerpos, tampoco esas armas.


Algo diferente ha ocurrido.


Algo que superaba sus expectativas y le dio algo de esperanza.


No solo fue el cambio de esos tres músculos guerreros con armaduras doradas y armas OP, más que nada fue la evolución de la heroína en pleno combate.


Aun cuando la destrozaron en cuerpo y alma, se puso de pie, con un tipo de mirada diferente en sus ojos, y termino todo en un parpadeo.


<<El final del encuentro resultó con EvaHeinrich, la heroína código <67>, como la ganadora>>


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