Fui invocada a otro mundo, pero en el cuerpo de un chico.
Vidas desafortunadas, y el mundo que solo él conoce
Vidas desafortunadas, y el mundo que solo él conoce
[ Lunes 20 de abril del 2020 --- 07 : 12 am ]
Tal vez sea algo tarde decir esto pero el lugar donde Angelina de la cruz y Leonardo Astaroth viven, no es en una casa, sino más bien un apartamento, para ser exactos en la habitación 25, posicionado en el segundo piso, el espacio es lo suficiente para dos personas, además como el padre regresa de vez en cuando, no es como si eso fuera un problema. A lo mejor no es algo que se pregunten, pero el lugar es un edificio de siete pisos, cada piso cuenta con diez habitaciones y cada uno cuesta dependiendo del piso que se encuentre, por si las dudas, el de los últimos pisos son los que tienen un costo más elevado y mayormente lo alquilan jóvenes universitarios de familia de buenos recursos, también cuenta con un elevador, el cual se prohíbe usar si no te diriges al cuarto o quinto piso.
La mañana de este lunes se podría decir que avanzaba de lo más normal, era tan común y corriente que no creerías que la mesa esté siendo compartida por un ángel caído catalogado como "demonio", su hijo, que sería mitad ángel caído mitad humano, y la esposa, que es en su totalidad, humana, estas tres persona, esta familia que actuaba como el estereotipo de una "familia feliz", se encontraban tomando el desayuno, que es en esta ocasión, leche de soya y pan con mantequilla.
Era algo temprano por la que el joven, Leonardo Astaroth, tomaba el desayuno tranquilamente. Su padre, quien estaba a su costado bebía su taza mientras observaba el televisor, al igual que la madre, pero había algo extraño en su comportamiento, de la nada había dejado de beber el contenido de la tasa y veían al televisor con incredulidad, ¿Qué era lo que habían visto para dejarlos tan sorprendidos? Pensó Leo mientras dirigía su vista hacia el televisor.
Casi escupe el contenido de la tasa al ver el noticiero.
—Como se puede apreciar en el video, este ser que la gente ha empezado a llamar 'El demonio oscuro' acabó con todo el grupo criminal conocido como "Sendero oscuro". Según las investigaciones hay una baja probabilidad que la cinta haya sido trucada por lo que todo lo mostrado en estos instantes—
Mientras la voz de la una señorita explicaba sobre el video, este era reproducido y mostrado al público en general, no se habían omitido los gritos, la sangre y los muertos desparramados en el piso de concreto, cual era fácilmente roto por esa persona vestida de negro.
¿Qué era eso exactamente? Pues era algo que ni siquiera Astaroth Destinity podía responder, mejor dicho era algo que ni siquiera un ángel podría responder, como era de suponer, los ángeles no descendían de los cielos a menos que sea una orden directa, además que se les tenia estrictamente prohibido socializar con los humanos, por ende la información de su lado es limitada, ¿Qué hay con Dios? Él puede ser omnipresente, pero realmente no puede estar en todos lados, suena contradictorio, pero así es como es, además, si el supiera algo al respecto, sus ángeles ya se habrían movilizado y según los informes que recibe a diario de sus otros hijos, no hay anormalidades en la zona.
De parte de los demonios la información también es limitada, pero no tanto como el de los ángeles, puesto que ellos no pueden obsérvalo todo desde arriba, a cambio los demonios tiene el poderío de la noche, se desplazan en la oscuridad alrededor de las ciudades, si se lo propusieran destruirían a la mitad de la población de la tierra en una sola noche, pero para eso tendrían que movilizar un gran ejército, aunque para el momento del ataque Dios ya habría movilizado a sus ángeles, sus arcángeles de más alto nivel y sus invencibles apóstoles, convirtiéndose en una guerra santa, la posibilidad de que el planeta se destruya por completo es del 100%, la posibilidad que los demonios ganen... es escasa, mejor dicho imposible, y peor si Dios se levanta, bastaría un solo dedo para destruir a casi todo el ejercito que han recolectado a través de los años.
Sabiendo todo eso, ¿Quién en su sano juicio quisiera enfrentarse a semejante enemigo? Pues la respuesta está en todos esos hermanos que siguieron al mayor, solo para probar su fuerza, "Lucypher del crepúsculo" es el único lo suficientemente loco para querer enfrentarse al padre de la creación, aunque ese sería uno de los puntos buenos que tiene, por eso hasta el día de hoy sus hermanos lo respetan y siguen, a pesar de todas la estupideces que ha cometido.
En pocas palaras, ese ser que está matando a diestra y siniestra en el video, no es un demonio, y definitivamente tampoco es un ángel.
---Padre... ¿Qué se supone que eso significa...?
---Amor, eso de ahí, ¿Es un demonio?
---... No, no lo es. No es un demonio y tampoco un ángel.
Fue justo en el momento cuando el silencio inundó la sala que Astaroth recibió una llamada.
--- ¿Cerberos? Sí, sí, estoy viendo las noticias, ¿Sabes lo que es?... así que no. Entendido, voy para allá.
Una vez que se cortó la llamada mental, Astaroth se levantó de su asiento, se puso su abrigo que había dejado colgando en el perchero de pared.
---Lo lamento, tengo que retirarme. Justo hoy era el día que podía pasarla con ustedes, en serio lo lamento.
---No te preocupes, ve con cuidado, amor.
---Padre, cuídate.
Tanto como la esposa y el hijo, lo despidieron en la puerta. Astaroth asintió con una sonrisa y partió al lugar de reunión, empezaba hacer demasiado calor como para llevar un abrigo, pero el lugar a donde se dirigía, el frio podría ser mortal si no se tuviera cuidado.
***
No solo la aparición de un ser que no era conocido ni por demonios ni por ángeles fue lo más sorprendente de ese día, sino también la desaparición de su compañera de clases, María Fernanda torres.
Las clases fueron detenidas alrededor de las 11 de la mañana, justo cuando la profesora Paola se disponía a comenzar su clase; varios agentes de la policía ingresaron al aula, comenzaron con un saludo casual hacia los alumnos y empezaron hablar sobre lo que estaba ocurriendo.
Parece que la Tía, y apoderado; de María Fernanda, Elena Campos, llegó a casa a las 18 horas del día sábado y no encontró a su sobrina, quien después de un día entero de búsqueda por parte de la policía, encontraron testigos que aseguraron haberla visto siendo arrojada a una limusina de color negro un jueves por la tarde, por desgracia se perdió el paradero de la limusina que fue captada por las cámaras de seguridad aunque solo hasta cierta calle.
Ya hecha la introducción, los policías hicieron pasar a la tía de María al salón, quien apenas ingresó, reconoció a las amigas de su sobrina, quienes habían empezado llorar.
El procedimiento de los dos tres agentes de la policía fue la siguiente, cada estudiante tenía que pasar al frente y decir todo lo había hecho el día jueves e información sobre la desaparecida.
La mayoría respondía con cosas como, "Fui directo a casa" o "Vi que ella había ido a pasear con sus cuatro inseparables amigas", pasado varios turnos, por fin llegó el turno de una de las cuatro presuntas sospechosas.
---Ciertamente fuimos a pasear al parque de las aguas por unas cuantas horas, pero luego la acompañamos a casa... exactamente a dos cuadras de su casa nos separamos. No... no puedo creer lo negligente que fuimos.
Mientras intentaba no derrumbarse en el piso, los ojos se le humedecían nuevamente, las lágrimas salían sin detenerse. Isabel, quien era la más responsable del grupo, se obligaba a hablar mientras se culpaba por la desaparición de su mejor amiga.
---No había nada raro en ella. María, aunque en cierta medida era muy tímida para socializar con el resto, pero siempre trataba de ser respetuosa y amable con los demás, no conozco a nadie que haya querido hacerle daño.
La tranquila voz de Carol no coincidía con su expresión llorosa.
---El viernes fuimos a sus casa a entregarle la tarea... pensamos que la razón por la que no estaba era porque de seguro se había quedado dormida y por venganza de dejarnos parados tres horas frente a sus puerta, decidimos no decirle nada sobre la tarea hasta hoy... así que... la verdadera razón era porque la habían secuestrado.
Rebeca hablaba entrecortadamente puesto que hacia un gran esfuerzo de no echarse a llorar.
---Debimos acompañarla hasta el final, dejarla frente a la puerta de su casa... posiblemente esto no hubiera ocurrido de ser así. En parte es culpa nuestra.
Lucia dijo esa última parte mirando hacia sus tres amigas, quienes asintieron en silencio.
No era algo que había dicho en voz alta, pero ante los ojos de Elena campos, quien las conocía desde pequeñas, todas parecían pensar en una sola cosa, "Definitivamente encontraremos a esos desgraciados..." en parte se sintió más tranquila que cuando la policía empezó a movilizarse, puesto que ella sabía algo sobre ellas que solo era conocido por los padres de las chicas, y esa era sus habilidades para conseguir información, en especial Lucia, quien fácilmente podría hackear las cámaras de seguridad a cargo de la municipalidad.
Las amigas que María había hecho a lo largo de su joven vida, eran en cierta medida, peligrosas.
Por parte de Leonardo, él se mantuvo buscando pistas por su cuenta, recorriendo la ciudad en su búsqueda, tal vez sea una pérdida de tiempo, puesto que si la habían secuestrado desde el jueves 16, para hoy solamente sería un simple cadáver, pero nada perdía en tratar de buscar, a lo mejor ella corría con la suerte de haber escapado, aunque obviamente esa probabilidad era muy baja.
Sin si quiera ser consciente de ello, en la parte de los demonios ya habían realizado una reunión para una toma de decisiones, sobre que debieran hacer al respecto sobre ese ser en la televisión, como era de esperar tan solo tomaron la decisión de ver que ocurría en este mes, si se vuelve bastante activo, se movilizarían para matarlo, pero si simplemente desaparece, no habría por qué molestarse en buscarlo.
Los ángeles solo siguieron observando desde los cielos.
Las cuatro amigas de María, contactaron a Elena campos por una señal que no podía ser rastreada, y empezaron a informarle sobre lo que iban hacer de ahora en adelante, también sobre que por ningún motivo debía confiar totalmente en la policía, etc.
Pasaron los días, las semanas... hasta que un día, para ser más precisos, un 02 de julio del 2020, la encontró sentada sobre una de las bancas de plaza de armas, frente a la pileta de agua, el largo y color de cabello habían cambiado, ahora le llegaba hasta la cintura y el castaño claro había desaparecido, dejando paso un color negro, tal vez sea algo no tan creíble, pero la razón por la que la reconoció no fue solo por su uniforme, ya que el color de su cabello y largo eran diferentes, era la posibilidad más alta, pero.
"Es ella, definitivamente es ella... no cabe duda, no podría confundir ese rostro y esos ojos verdes" Fue lo que pensó Leo al verla después de tanto tiempo.
La gente lo observaba extraño cuando trataba de acercársele, pero eso no le importó.
---María, soy yo, Leo, ¿Me recuerdas? Te llevé la tarea una vez a tu casa.
Leo trataba de iniciar una conversación, no sabía de qué cosas hablarle, así que solo comenzó por intentar probar si ella lo recordaba... pero en todo el rato en que trataba de entablar una conversación, María ni siquiera giró a verle, sus ojos verdes oscuros tan solo se mantenían fijos en la pileta de agua, como si el mundo entero no existiera, como si nada en este mundo a excepción de ella y la pileta, existieran, así era como Leo interpretó la mirada vacía de María.
"Estoy seguro que es ella... pero a su vez, pareciera que no lo es, no lo entiendo"
La hermosa luz en sus ojos verdes, que una vez lo enamoró ya no estaban por ningún lado, eran un par de ojos verdes sin vida, la iris era de un color verde oscuro, muy diferente al de antes... Todo de ella desprendía un aura diferente, como si hubiera caminado por un sendero lleno de sangre, dolor y sufrimiento, a tal punto que toda señal de racionalidad se había perdido en alguna parte, su cuerpo no emanaba nada, ni una sola pizca de emoción, su lindo rostro, aunque conservaba sus mismos rasgos, era inmutable.
A simple vista parecía una hermosa señorita, tan delicada como una flor; pero si eras capaz de ver más allá de eso, te percatarías que su cuerpo está cubierto de sangre, no hay ninguna herida en su blanca piel, pero emocionalmente se encontraba cubierta de cicatrices.
--- ¿Qué... que se supone que te ha pasado para estar en estas condiciones...?
Leonardo dijo eso un tono de voz bajo, y no era porque no quería ser escuchado, solo que su voz casi no salía de su boca por la impresión, hasta hace un par de meses, ella brillaba como una estrella, tenía la sonrisa más encantadora, pero ahora... tan solo parece un cascaron vacío de lo que una vez fue, ¿Qué pasó exactamente para que ella terminara de esa manera? Aunque su mente empezaba a inundarse en muchas preguntas se las arregló para mantenerlas al margen, ya que en estos momentos lo más importante es.
---De todas maneras, debemos ir a la comisaría más cercana e informar que estas bien.
Quiso tomar su mano para ayudarla a levantarse, pero dudó unos segundos antes que su piel hiciera contacto con la suya.
"¿Qué pasaría si la tocara...? ¿Qué pasaría conmigo si fuera ver dentro de sus recuerdos? Si ella pasó por un sufrimiento tan horrendo que la dejo de esta forma... ¿Qué garantiza que no quedare igual al ver sus recuerdos?" La única habilidad que poseía era la de ver los recuerdos de las personas, era como hurgar en sus corazones y ver lo más preciado para ellos, si se concentraba lo suficiente, podía ver recuerdos que para la persona eran casi imposibles de recordar, pero esto afectaba grandemente a su mente, aunque eso dependía obviamente de los recuerdos, si fueran de las de una persona que vivió su vida feliz, esos traería paz a su corazón, en caso contrario, si la persona poseía recuerdos oscuros, esto lo dañaría psicológicamente, hasta podría ser mortal para su alma.
"Pero que... ¿¡por qué rayos estoy dudando!? Ella es la mujer que te gusta ¿No es cierto? Porque estoy aquí dudando si ayudarla o no, encima de ser un defecto ¿También seré un cobarde? Si de todas maneras voy a morir, al menos será sosteniendo su mano"
Con una renovada resolución, Leo se arrodillo frente a María y sostuvo su mano derecha.
Las miradas de los transeúntes se intensificaron, pero eso no le importó.
Entonces, en el instante que su piel entró en contacto con la de ella, los más profundos y oscuros recuerdos de María llegaron a su mente.
Lo primero que vio era una pequeña niña de seis años, su cabello castaño desarreglado era peinado por una mujer mayor, a simple vista la identidad de ambas resaltaría como, María y su madre, Juliana... Simplemente era un recuerdo conmovedor.
También hubo otros recuerdos hermosos.
Cuando su pequeño hermanito, Joseph, se cayó al suelo por no tener cuidado al correr, su rodilla sufrió una pequeña herida, y aunque lloraba sin parar, fue tratado pacientemente por su confiable hermana, quien se tomó su tiempo de desinfectar la herida con alcohol y algodón, culminado todo con una curita junto a hechizo infantil de "sana, sana, colita de rana, sino sana hoy sanara mañana"
"Vaya, con que tuvo un hermano menor... para tener esa edad era la hermana mayor más confiable del mundo" Leonardo observó aquel recuerdo con una expresión gentil.
Obviamente había más lindos recuerdos.
Como los días en los que el padre de María, Salomón, se tomaba un tiempo libre para llevarlos de paseo, o a comer a algún restaurante, no importaba el lugar, mientras la familia se encontraba reunida, siempre, siempre eran momentos de risa, la felicidad que los rodeaba era en cierta forma envidiable, pero era de un tipo que te traía paz a tu alma y rehabilitaba el espíritu.
Hasta los días en que la familia pasaba por crisis que podría poner en riesgo a su familia, nunca se soltaron de las manos, siguieron unidos como familia, logrando superar al final todo percance.
El padre amaba a su esposa e hijos, y estos regresaban ese afecto con la misma devoción.
"Es una hermosa familia..."
Cuando ese pensamiento cruzó la mente de Leo, los recuerdos que resplandecían con una luz relajante, empezó lentamente a oscurecerse.
El siguiente recuerdo, fue un domingo por la mañana, por alguna razón el cielo azul no se mostraba como de costumbre, sino más bien un cielo cubierto totalmente por nubes grises, parecía que en cualquier momento llegaría una tormenta, y fue justo ese día cuando los padres decidieron hablar con los niños, era posible que ellos a su corta edad no entenderían de lo que iban hablarles, pero no podían ocultárselos solo porque ellos no lo entendieran.
"¿Qué pasó...?"
Pensó leo.
En el recuerdo solo se ve como los padre movían la boca, no se escuchaba nada, tan solo hacían un par de mímicas para hacer que los niños entendieran un poco, entonces, cuando creyó que era una pérdida de tiempo seguir viendo esta escena y que sería mejor pasar a la siguen, el sonido volvió.
---Tal vez no me entiendan ahora, pero a lo mejor en un futuro, cuando sean más maduros... La verdad es que me han diagnosticado cáncer, no me queda mucho tiempo de vida, lo lamento, su papá no podrá estar siempre con ustedes como lo había prometido.
Cuando el padre empezó a llorar, la madre le alcanzo un pañuelo mientras ella misma se limpiaba sus lágrimas que no habían dejado de caer desde hace rato.
"Can-cáncer... ¿su padre?"
Después de eso, la escena se cambió drásticamente.
El escenario actual era tan gris como el cielo lluvioso, frente a la madre y sus dos pequeños hijos, solo se encontraba un ataúd, que al terminar de ser llevado a lo más profundo del orificio en el suelo, los encargados usaron sus palas para recoger la tierra y sepultar al difunto.
La madre más que todo, se encontraba demacrada por la pérdida, por la expresión en su rostro se puede juzgar que gran parte de su vida se le ha sido arrebatada, se le podía tomar en consideración, pero obviamente algo andaba mal en ella, no todo se le había arrebatado, aún tenía a sus hijos, a su hija María de seis años y al pequeño Joseph de cinco, aunque nada eso parecía importarle.
Los días felices habían desaparecido, arrojados al olvido.
La dulce madre que atendía a sus hijos y esposo con devoción, desapareció, parecía solo un recuerdo tan lejano, como si toda la felicidad hasta el momento solo hubiera sido un bonito sueño.
Todos los días a partir de ese día, después que su padre fuera enterrado, la madre regresaba del trabajo con un ligero olor a cerveza, se podría decir que al comienzo era moderado, como si solo tratara de ahogar las penas hasta superarlo con calma... pero mientras más pasaba el tiempo, el alcohol se asemejaba al dulce de la miel, fue ahí cuando las cosas cambiaron por completo, no solo regresaba a casa apestando a cerveza sino también se ponía agresiva con sus hijos, golpeaba a los niños, hasta dejarlos con moretones en todo el cuerpo y con la mirada perdida, casi creerías que estaban muertos.
Fue así casi por un año, hasta que ese día llegó, la primera cicatriz, el primer punto de inflexión.
Esa noche, Juliana había llegado más borracha y molesta de lo usual, no se sabía con exactitud que le había ocurrido en el trabajo, pero era obvio que era algo grave, su expresión irradiaba cierta ira indescriptible, tan solo se dejó llevar por sus impulsos y empezó a golpear María, no importaba cuando su pequeña hija gritaba en llanto que lo sentía, que la perdonaran, que se comportaría mejor, haría su mejor esfuerzo para hacerla feliz... pero no fue suficiente, la ira en su interior se incrementó, dejo de golpearla para empezar a darle patadas por todos lados, los llantos de maría eran ignorados, sangre se podía ver caer de su frente, también de su boca cuando fue golpeada en sus labios hasta agrietarlos.
"De-detente... detente... ¡¡Deténgase por favor!!" Leo solo era un observador en este recuerdo, no podía hacer nada para evitar como la María de 7 años, era golpeada hasta el cansancio por su propia madre, lágrimas de impotencia empezaron a caer de sus mejillas, no podía hacer nada para cambiar ese pasado, no podía ayudarla, sus manos no podían alcanzarla en estos momentos, esto lo llenó de un sentimiento de tristeza, hasta llegó a reprocharse su propia debilidad.
Sus ojos inyectados de ira buscaron en cada rincón de la casa, hasta que se encontró con el pequeño Joseph, quien ese día cumplía seis años; dejo a María tirada en el suelo como un leve contusión en la cabeza, pero aunque a pesar de todo ese dolor, ese sufrimiento, ella se esforzó por alcanzar a su madre, tenía que detenerla antes que llegara a su hermanito, como hermana mayor era su deber protegerlo, poniendo cada fibra de fuerza en su lastimadas articulaciones, intento arrastrarse hasta donde se encontraba su madre y hermano.
Leo veía esta escena con los ojos completamente abiertos, ninguna sola palabra salía de su boca.
La madre por acto de reflejo agarro un cuchillo, y sin pensárselo dos veces, dejándose llevar por la ira intensificada con el alcohol; atravesó el pecho del pequeño Joseph.
El niño convulsionaba en los brazos de su madre, quien gradualmente regresaba a sus cinco sentidos; la sangre salía por su boca y de la zona en donde el cuchillo se abrió paso hasta perforar su pulmón izquierdo, su cuerpo se retorcía de un lado a otro, pero lentamente se detenía... cuando se detuvo, la madre finalmente fue consciente de la situación.
Tanto como Leo y María, observaban la sangrienta escena con expresiones horrorizadas, aunque era obvio quien de los dos resultaría más afectado, después de todo hablamos de una pequeña niña de siete años, cuya fortaleza psicológica aún se estaba formando, muy diferente de un joven de casi 17 años, por esa razón, cuando Leo pensó en María, alejó su vista de la madre que sostenía el cadáver de su hijo, para centrarse en María.
La expresión que ella tenía era peor que la suya, sus hermosos ojos verdes claros, eran iguales que cuando la encontró sentada en aquella banca frente a la pila de agua, no mostraba ninguna emoción, su cuerpo débil y moreteado, añadiendo esa mirada vacía, todo de ella parecía más una muñeca a la que le han cortado las cuerdas.
Con una expresión aterrada, su cuerpo temblando, la madre por fin despertó y se vio bañada en la realidad, una realidad en donde acaba de matar a su hijo de una apuñalada en el pecho, la sangre, aún caliente; que la rodea, añadiendo el cadáver de Joseph, se le eran gravadas en lo más profundo de su alma.
Era algo que Leo, quien era ajeno a este pasado, tampoco olvidaría, y mucho menos lo que ocurrió a continuación.
---Tranquilo, tranquilo hermanito Joseph, todo estará bien, madre no es mala, solo tiene algunos problemas, ya volverán los tiempos felices... Padre también volverá, cruzará esa puerta con su típica sonrisa bobalicona y dirá que iremos a comer pollo broaster... Joseph, ya no llores, no llores.
María cargaba en sus brazos un muñeco de peluche en forma de oso, sus ojos eran vacíos como si ignorara por completo la realidad, se podría decir que solo intercambiaron papeles, la madre despertó a la terrible realidad, y su hija escapó de esa realidad.
---Madre, ¿Qué puedo hacer? Joseph no para de llorar.
El recuerdo desapareció, dejando un enorme agujero en su estómago.
"Si ella... Si María había pasado por todas estas experiencias tan horribles... ¿Cómo, como era posible que sonriera de esa manera...? Su sonrisa era la más resplandeciente y hermosa que he conocido... Fue esa misma sonrisa de la que me enamoré... ¿Cómo pudo ocultar todo ese sufrimiento?" Leo pensó que los recuerdos más dolorosos de María solo serían esos, razón por la que se relajó y empezó a cuestionarse sobre algunas cosas, pero antes que sus preguntas tuvieran respuesta, otras recuerdos se abrieron paso, obligándolo a estar presente.
"... ¿Qué está pasando... que es todo esto.........?"
Recuerdos en donde María fue agredida por alumnas de otro salón, y poco después fue invocada a otro mundo pero con la apariencia de un chico, hubo personas que le temieron y odiaron, como algunos que trataron de ayudarlo a sobrevivir.
Jeremías, Kharoline y Amanda, fueron las primeras personas que trataron de ayudarlo.
Sebastián, Grouw, Ledy, Marco, Cash... y Amanda, fueron los primeros en dar su vida para salvarlo, y al estar presente cuando fueron asesinados, se convirtió en otra cicatriz que marcó su alma, un nuevo punto de inflexión.
Gracias a su habilidad de regeneración fue capaz de sobrevivir al caer de una cascada, y gracias a esto pudo tener su encuentro predestinado con Zen. Al principio parecía un poco forzado su compromiso ya que él, al no tener memoria (supuestamente) y ningún lugar a donde volver, se le casi obligo a casarse con aquella chica pelirroja de amargo carácter, pero pudieron llevarse bien en poco tiempo, el compromiso también era ideal, los preparativos para la boda también iban a un ritmo genial.
Tal vez lo peor del nuevo recuerdo es que cuando era María, en el mundo real; fue secuestrada por esas estudiantes de diferente sección, ahora que las veía mejor, Leonardo las reconoció como, Sara Hellen, Gabrielle Rodríguez y Daniela López, del quinto de secundaria, sección "C".
"Así que eran ellas... vaya, si esas cuatro se llagan a enterar las mataran sin pestañar... o esa es la intención que llevan talladas en sus rostros"
Una vez que pasó lo del disparo en su espalda y cabeza, todo se volvió más tranquilo, parece que dejo de importarle el mundo real y la mayor parte del tiempo la quería pasar en el sueño, en donde podía hablar y estar en contacto físico con Zen.
"Esta chica, Zen, era una persona muy amable, dio todo su esfuerzo por amarla... estos nuevos recuerdos están llenos de paz, por eso puedo saberlo, puedo decir con seguridad que esa mujer logró borrar gran parte de las cicatrices de María"
Si tan solo fueran recuerdos entre cortados, a lo mejor entender el hecho que María podía ir y venir de un mundo a otro a través de sus sueños y sobre su habilidad de regeneración, sería muy difícil, pero los recuerdos venían con la suficiente información que se te sería difícil perderse, es como si el mismo Leo estuviera ahí, gracias a eso no solo entendía la situación por la que ella pasaba, también su dolor y felicidad.
Llegó la boda. Fue de hecho uno de los momentos más alegres y brillantes de la vida de María, como era de esperar fue algo vergonzoso ver como tuvieron su primera vez, pareciera que poco a poco, todos esos oscuros recuerdos iban desapareciendo gradualmente... hasta que.
Ocurrió lo del ataque de los demonios no evolucionados al pueblo de Ramus, como se encontraban de casería, llegar al pueblo luego de darse cuenta que se encontraban bajo ataque enemigo les costó algo de tiempo, y aunque dieron todo de sí para llegar a tiempo, solo se encontraron con largas filas de cadáveres, los gritos de los que aun vivían mientras intentaban defender a las mujeres, la sangre a los alrededores, las casas quemándose, una vez más una escena de terror levantaba el telón a su máxima expresión.
Los jóvenes combatieron con todas sus fuerzas, pero fueron cruelmente asesinando, incluyendo a Joseph.
Las cicatrices volvieron a revelarse, añadiéndose algunas más en el proceso. Una vez más, otro punto de inflexión aparecía.
"No puede ser... ¿Qué son esa horribles criaturas...? ¿Demonios...?" Estupefacto, Leo observaba los sucesos.
Después de ser devorado una y otra vez por animales salvajes en el bosque, en donde comprendió que él no podía morir, más se asemejaba a una maldición; por fin llego a lo que él conocía como ciudad portuaria 'Sir Blanca', en donde en vez de encontrar esperanza para poder salvar a Zen, tan solo encontró un ciudad destruida, no es necesario decir que es lo que le ocurrió a la ciudad y mucho menos a su gente.
Un mal presentimiento... mientras más avanzaba entre los recuerdos, Leo tuvo un mal presentimiento, se encontraba tan enlazado con los recuerdos de María que sentía su dolor emocional en carne propia, por esa razón podía saber que su alma no soportaría mucho, justo ahora su espíritu se encontraba llena de gritas por todas partes, sin se rompiera por completo causaría que ella perdiera la razón...
"Así que ¿Lo que está por ocurrir... fue la razón por la que ella se encuentra de esa manera...?"
Una parte de él le aconsejo que fuera mejor terminar con todo, que ya ha visto lo suficiente, con lo que sabe es suficiente, no es necesario ir a tales extremos, pero el apretó sus puños, elevo su resolución hasta el punto más alto y se decidió en continuar... aunque luego llegó a arrepentirse de su decisión.
Todos esos malos presentimientos se hicieron realidad cuando Joseph ingresó a cierta cueva en donde posiblemente se refugiaron los demonios, en donde encontró el cadáver de Zen.
El último punto de inflexión.
Su espíritu se rompió y su alma fue arrastrada hacia un profundo abismo, donde fue cubierta por la oscuridad.
Después de eso, los demás recuerdos solo fueron pura masacre en su totalidad, matando demonios a diestra y siniestra, ya sean de este mundo o de otro, ella, él; los casaba sin remordimiento, no importaba si en el proceso pedían perdón o rogaban por sus vidas, simplemente desgarraría su carne, atravesaría cada hueso o cartílago para luego arrancarles la vida, la sangre de las víctimas no podían contarse, en el poco tiempo que lleva, ha matado a tantos.
Sus manos, cada rincón de su cuerpo está cubierto de sangre, ya no hay cicatrices, no hay un espíritu en ese cuerpo, su alma se perdió en la oscuridad, una oscuridad a la que nadie puede llegar, nadie puede salvarla, nadie puede estirar su mano para llegar a ella, nadie puede mostrarle esa luz, no queda nadie para mostrarle el camino.
Entonces el enlace con los recuerdos de María, terminó.
---Lo... Lo lamento, lo lamento tanto...
Todo ese proceso en donde estuvo navegando en sus recuerdos, apenas duro unos minutos, así que las lágrimas y todo el dolor que se iba acumulando en su pecho, aparecieron justo con su regreso. Las palabras que salían de su boca, se entrecortaba con las lágrimas y mocos que ingresaban.
De cierta manera se arrepentía de ver sus recuerdos y también de haber dicho alguna vez que sentía envidia de la vida que ella tenía, era obvio que su vida era una bendición si la comparara con la de María.
Lloraba como un bebe frente a la mujer que le gustaba, esto de cierta forma seria muy vergonzoso, sino fuera porque ahora está tan sumergido en sus emociones.
¿Qué se debía hacer en esta ocasión? Al principio pensó en llevarla a la comisaria para reportar su aparición, pero ahora no lo sabe, no tiene ni idea de que debería hacer, está muy claro que en estas condiciones, ella no podría tener una vida común y corriente, no podía regresar a lado de su tía y de sus amigas, no podía regresar a la escuela y a su hogar.
Fue en el momento cuando se estaba dando por vencido cuando sus llorosos ojos se encontraron con el brillo dorado de un anillo.
¿Cómo no se había dado cuenta desde un principio? Lo que María tenía en su anular izquierdo era sin duda el anillo de su matrimonio, pero este no le pertenecía a ella, ya que en el anillo está tallado el nombre de su propietario.
---Zen...
Ese brillo dorado parecía darle las fuerzas necesarias para poder levantarse, le dio ese empujón que el necesitaba, más bien, no solo ella, en su espalda sintió todas las manos de aquellas personas que la ayudaron, que dieron su vida por María, era un sentimiento cálido y rehabilitante, todas esas personas trasmitieron su deseo de querer ayudar, aunque ya no pertenecieran al mundo de los vivos...
Con todas esas almas apoyándolo y dándole la fuerza que necesitaba, Leo elevó su determinación.
---Definitivamente... yo, voy a salvarte.
*****
新規登録で充実の読書を
- マイページ
- 読書の状況から作品を自動で分類して簡単に管理できる
- 小説の未読話数がひと目でわかり前回の続きから読める
- フォローしたユーザーの活動を追える
- 通知
- 小説の更新や作者の新作の情報を受け取れる
- 閲覧履歴
- 以前読んだ小説が一覧で見つけやすい
アカウントをお持ちの方はログイン
ビューワー設定
文字サイズ
背景色
フォント
組み方向
機能をオンにすると、画面の下部をタップする度に自動的にスクロールして読み進められます。
応援すると応援コメントも書けます