Vidas desafortunadas, y un amor platónico.

Comenzaremos presentando a Leonardo Astaroth, hijo de Astaroth Destinity, o también 'él del destino', quien es un ángel caído y hermano menor de Lucifer del crepúsculo; y de Angelina de la cruz, una humana que cometió el grave error de enamorarse de este ser, que al enterarse de su embarazo los abandonó una tarde de septiembre dejando atrás solo una carta que explicaba su linaje.


No es necesario explicar que pasó con la carta después de haber sido leída, lo que si sería bueno resaltar fue la voluntad de la mujer, quien siguió adelante con su vida, en ningún momento se le cruzó por la cabeza la idea de abortar o vender al niño cuando naciera, aun cuando fueran pobres y sin nadie que los respalde, ella, Angelina de la cruz, se esforzaría para poder criar al niño que llevaba en el vientre.


Los meses pasaron y nunca recibió una sola llamada de ese hombre, es como si de verdad se hubiera ido para no volver, cuando recordaba esos días en los que ambos se amaban con pación, lagrimas caían inevitablemente de sus ojos, en muchas ocasiones intentaba autoconvencerse que lo odiaba, lo detestaba y aborrecía, que si se atrevía a volver lo primero que haría sería voltearle la cara de una cachetada, golpearlo hasta el cansancio era su forma de perdonarlo, y si, aunque ella trataba de odiarlo, en el fondo quería que regresara, que dijera que lo lamentaba y llorara junto a ella, volver a ser la pareja sonriente que siempre fueron.


Pero nada de eso ocurrió.


Como era de esperar, el día del parto y los días posteriores a ese, el hombre que una vez ella amó con locura, jamás regresó.


Su hijo nació sin complicaciones, era un encantador niño de cabello y ojos color dorados, similares al padre; obviamente esta similitud no era suficiente para odiarlo, sino más bien fue al contrario, estas características hicieron amar a su pequeño con todo su corazón, fue por este cálido sentimiento en su pecho que decidió nombrarlo, Leonardo, Leonardo Astaroth.


El trabajo de Angelina de la cruz, era algo difícil, cocer cientos de prendas todos los días, desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde, ese era su horario de trabajo, en ocasiones pedía sobretiempo para poder pagar algunas deudas, su desempeño era bien conocido por todos sus compañeros de trabajo, es por eso que todos la trataban muy bien, hasta el estricto dueño de la empresa, de vez en cuando le permitía salir temprano si llegaba a terminar con el lote del día.


Todo iba bien, todo tranquilo, su trabajo era algo cansado puesto que tenía que madrugar para llegar temprano, pero sus compañeros y jefe eran buenos con ella, su pequeño hijo, quien ya tenía edad para ir a inicial, era muy maduro para su edad, normalmente los niños a esa edad tienden a moverse de ahí y allá, romper cosas a diestra y siniestra, no sería normal llegar a casa y encontrar todo un desastre, pero para su sorpresa, cuando su hijo cumplió los cuatro años, podía hacer la limpieza del hogar tan solo por haber visto a la empleada de la vecina, absorbía todo como una esponja, listo, educado y muy servicial, ¿No se tratará de un genio? La madre se sintió muy feliz con ese pensamiento.


Cuando cumplió los siete años, su hijo, Leonardo Astaroth, no solo era esplendido en la limpieza, sino también en la cocina, cualquiera pensaría que tal vez su verdadero talento solo estaba en los quehaceres del hogar, pero era un error, en el colegio siempre obtenía los mejores puesto, llegó a defender su primer lugar por varios años, algunos niños por la envidia trataron de intimidarlo, pero cuando tuvieron una conversación con él, rápidamente cambiaron esa forma de pensar, se podría decir que lo seguían a todos lados, como si se tratara de una deidad o algo por el estilo.


Todo bien se podría decir hasta aquí, pero algo cambió a mediados de octubre, cuando Leonardo cruzaba el sexto año de primaria, una mañana de un determinado día, en el salón de clases, este mismo dejo caer su libro, cayó de rodillas, y vomito una gran cantidad de sangre que asustaría a cualquiera, poco después se desmayó.


La madre fue avisada de esto y no dudó en salir corriendo del trabajo, sus compañeros y jefe se preocuparon, puesto que nunca la habían visto tan desesperada, así que decidieron comunicarse con ella después de que terminaran de hacer sus propios deberes.


La felicidad que se había estado acumulando a través de estos once años, se empezaron a desmoronar cada vez que escuchaba al doctor, las palabras que salían de ese desgastado cuerpo con bata blanca, solo entraba por su oído y salía por el otro, una parte de ella se negaba a escuchar y a entender, aunque una sola palabra bastó para acabar con esa indulgencia.


---Cáncer.


Fue un verdadero shock, su hijo, su amado hijo, ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué un pequeño con un gran futuro tenía que pasar por algo así? La madre empezó desmoronarse, su alma se debilitaba y su fuerza se desvanecía, el docto veía claramente el sufrimiento de la mujer frente a sus ojos, pero no era el momento para sentir compasión, era su trabajo, por más doloroso que fuera, explicarle la condición de hijo.


---Por favor, mire la pantalla.


El docto con su mano derecha señalo a un televisor pantalla plana, que se encontraba detrás de él, la mujer con ojos desenfocados, empezó a observar el televisor, o eso parecía.


Con la mano izquierda, el doctor encendió el televisor con un pequeño control que saco del cajón de su consultorio.


Aparecieron unas imágenes 3D, Angelina de la cruz supo de primera instancia de quien era estos análisis, después de todo, en letras grandes se encontraba el nombre del paciente. En las radiografías se podía ver unas manchas negras en el interior, estas deben ser el llamado "cáncer" del que hablaba el doctor, quien se tomó el tiempo para explicarle a la madre, sobre como el cáncer avanzó a un nivel irreversible, se podía tratar para que el avance no fuera tan acelerado, pero tarde o temprano su hijo iba a morir.


Primero, el hombre que amó se fugó dejando una ridícula carta sobre demonios y ángeles, y ahora su hijo tiene cáncer terminal... ¿acaso el mundo está conspirando para enloquecerla? ¿Por qué ocurrían estas cosas? Si es solo un sueño, alguien, por favor, ¿trataría de despertarla?


Sin percatarse del tiempo o de sus propios movimientos, la madre ya había llegado a la habitación donde su hijo se encontraba, sus ojos lentamente fueron enfocándose, y cuando por fin podía ver con claridad, la escena frente a sus ojos le quitó el aliento.


Recostado en una cama de hospital, con una intravenosa en su brazos izquierdo, con la mirada fija en la ventana, ya sea pensando u observando el ocaso... la madre pensó que su hijo había convertido en algún tipo de ángel, ya que una extraña luz lo rodeaba, sin saber por qué angelina intento alcanzar a su hijo con sus temblorosas manos, le aterraba la idea que desapareciera, tenía miedo de perder lo único que le quedaba, pero sus manos no podían alcanzarlo, tan solo estaba a un metro de distancia, recostado sobre una cama sin poder moverse, aun con todo eso, sus manos no podían llegar a él.


El joven giro su cabeza hacia su derecha, lo suficiente para ver como su madre trataba de alcanzarlo, su corazón se apretó al ver como ella lloraba, ver como el corazón de su madre se hacía pedazos, le ayudó a tomar una decisión definitiva, así que, cuando tomó las manos de su madre con los suyos, dijo en su mente.


"Solo un poco, solo poco más..."


---Hijo mío... tu madre... tu madre lo siente mucho... por no suplicar a tu padre para que se quedase... por no darte un mejor cuerpo para vivir... por esta vida... yo... yo...


Cada lagrima que caía de su madre, parecían cuchillos que se clavaban en su corazón, además, ¿por qué una increíble mujer tendría que disculparse? ¿Por qué su madre está disculpando por cosas sin importancia? ¿Por qué? era porque realmente amaba a su hijo, lo era toda para ella, y le dolía saber que lo perdería, apenas Leonardo llegó a esta respuesta, reafirmó una vez el camino que decidió.


---Madre, no tienes por qué disculparte por nada.


---...Pero.


---Más bien, soy yo el que tiene que pedir una disculpa.


---¿?


---Madre yo... yo ya sabía sobre este acontecimiento.


Estas palabras confundieron a angelina.


---...Tú, sabias sobre tu cáncer?


---Sí.


--- ¿Pero cómo es que sabias todo eso...? todavía eres un niño


---Creo que sería más fácil decir que lo que padre escribió en esa carta es verdad. Él es un ángel caído y yo como su hijo...


La madre se quedó en un profundo silencio, ¿La carta esa? ¿Esa tonta y ridícula carta?, la madre pensó en refutar lo que decía su hijo, quien tomó una breve pausa... pero cuando iba a decir algo, su hijo continuó.


---también.


Al terminar, unas alas negras aparecieron en su espalda.


---El cáncer solo es un defecto de mi cuerpo cual no es compatible con la sangre de padre. No soy capaz de asimilar la sangre de un ángel caído, por ende, soy algo que "ellos" llaman, un defecto.


El interior de Angelina era un caos, no entendía nada, ¿ángeles y demonios? Al principio creía que eran cosas que el ser humano imaginaba para no temer al hecho de que tarde o temprano van a morir, una forma fácil de escapar de la verdad de que dejaran de existir en este mundo, ya que después de todo, esas presencias que serían supremas, jamás aparecieron frente a los ojos de los creyentes.


Creer en algo que jamás has visto, ante sus ojos sería una extraña forma de vivir, pero... aunque ella es de esas personas que no se perturban por la fe o creencias, justo ahora, algo indescriptible recorría su cuerpo, ¿Fe? Es extraño decir esto ante una persona que jamás le preocuparon estas cosas, ¿Realmente existen? Preguntas que ya tenían una respuesta pasaban por su mente, su cuerpo seguía estando quieto, como si se hubiera congelado en su lugar.


Al ver la poca reacción de su madre, Leonardo rompió el silencio diciendo.


---Tal vez he dicho mucho... Madre, si esto te preocupa, puedo irme, después de todo voy a morir, preferiría que eso ocurra en lugar donde no pueda hacerte daño.


Apenas escuchó "puedo irme" las dudas que la Madre tenía en su corazón los arrojó a lo más profundo de mente, después de todo, ¿Por qué su hijo tendría que alejarse de ella solo porque es diferente? Existan o no existan los ángeles y demonios, Dios y el Diablo; esto no va cambiar el amor que siente por su hijo, además, que son un par de alas, eso no se compara a lo desdichada que se sentiría si su hijo desapareciera a morir a un lugar donde sus manos no lo alcancen.


---No puedes.


---Pero.


---Definitivamente es un NO, y mi respuesta no va a cambiar. ¿Qué clase de débil madre crees que soy? E soportado ya muchas cosas, un par de alas y una verdad sobre seres que posiblemente no conozca nunca, no son nada. Confía en mi hijo, jamás te pediría que te fueras, aunque eso signifique ser enemigo del de arriba.


---Mamá.


Lagrimas cayeron de sus ojos, y al igual que él, su madre también lo acompaño en su llanto.


Este podría ser la primera vez que Leonardo no le decía madre, sino mamá.


***


Pasaron los años, y muchas cosas salieron a la luz.


Una de ella seria, que el padre, Astaroth el del destino, jamás los abandonó, esta información fue corroborada por el mismo Leonardo, quien le dijo a su madre, que su padre siempre se encontraba cerca de ellos, solo que su al usar su divinidad podría hacerse invisible antes los ojos humanos, pero como no era un humano sino el hijo de un ángel caído, podía verlo sin problemas, de ahí por qué sabia sobre su enfermedad de ante mano, sobre la situación de su padre y otras cosas.


Obviamente que cuando se volvieron a reunir, lo primero que hizo angelina fue darle una fuerte cachetada, que le dolió más a ella que a él, pero no fue más que eso, solamente una simple cachetada, lo demás solo era una larga charla sobre los acontecimientos que los llevaron a la actualidad.


Información que no era conocido por humanos, ahora estaban en los recuerdos de Angelina, ahora formaban parte de ella.


Sobre el cáncer de su hijo, era un caso imposible de tratar, esto afecto mucho a Angelina, pero no se derrumbó por eso, ella lo soportó.


Como era bien conocido, Astaroth tenía descendencia casi por todo el mundo, algunos fueron compatibles con su sangre y eso llevó a que formaran parte de su ejército, pero también había casos en donde sus hijos poseían un cuerpo débil y no asimilaban su sangre, morían regularmente entre los 15 o 17 años... Entonces, si ya había pasado por esas experiencias donde veía a sus hijos morir, y aunque actuaba desinteresado con todos, ¿Porqué se mostraba obstinado en salvar a Leonardo? Pues la razón es simple, de todas las humanas con la que tuvo el placer de estar, Angelina era la única que calmaba su corazón, fue un poco duro de admitir para alguien que ha vivido por siglos, que se había enamorado.


Si preguntas, ¿volvieron entonces a ser una familia? Pues la respuesta seria Sí y NO.


Sí, porque de vez en cuando Astaroth regresaba a casa, y NO, porque la mayoría del tiempo la pasaba en su trabajo, el cual era dirigir su ejército y el de su hermano mayor, Lucypher del crepúsculo. Una de las diferencias de los ejércitos de ambos, es que el de Astaroth eran sus propios hijos que tuvo con mujeres humanas, por eso tenían una aspecto humano, pero el de su hermano, todos eran malévolos demonios que al mínimo descuido se escapaban a devorar humanos en la oscuridad de la noche, era cansado estar siempre al pendiente de estos seres, pero como era una orden de su hermano mayor, el actual Dios del inferno; no podía hacerse nada.


Básicamente todo volvió a lo que se podría decir "normalidad" para la familia, su madre ya no odiaba y ni tenía resentimiento por su esposo, aunque saber que no le quedaba mucho tiempo a su hijo hacia que su corazón doliera, pero no lo mostraba externamente, trataba de aparentar ser fuerte frente a su hijo, quien ante sus ojos era el que más sufría.


Pasó cuando Leonardo cruzaba el quinto de secundaria, para la madre esto era una época muy dolorosa, después de todo, su hijo ya llegó a su edad máxima, en donde en cualquier momento su vida se apagaría como una débil flama que soporta el frio de una noche lluviosa, pero como contradiciendo sus expectativas, su hijo se encontraba más animado que nunca, siempre salía temprano de casa para ir a estudiar con una resplandeciente sonrisa en el rostro, una vez le pregunto por esa risilla suya, pero contestó con un "No es nada madre" y salía hacia su colegio radiante de felicidad.


Si le preguntaran como fue que la encontró, la respuesta seria, aquel jueves 5 de marzo, era la primera semana de clases después del recreo, internamente no tenía ninguna opinión positiva ni negativa sobre sus compañeros de clase, solo sonreía a los que trataban de hablarle y dar respuestas vagas, después de todo, este podría ser su último año con vida, hacer amigos a este punto seria como romperle el corazón a los que amablemente le ofrecieron su amistad, por eso no apunta a tener amigos, si puede ser ignorado, hasta no le importaría ser despreciado; por toda la clase o toda la escuela, todo estaría bien, nadie tendría que llorar la partida de alguien con la que nunca entabló una conversación.


Con esa misma mentalidad estuvo, lunes, martes y miércoles, pero esa forma de pensar cambió al darse cuenta de la existencia de cierta chica, no llamada la atención por eso no había reconocido su existencia hasta el día de hoy, su sedoso cabello negro que brillaba por el sol, era tan hermoso como sus ojos verdes claros, sus rasgos faciales la hacían ver como si fuera algún tipo de ángel, a estas alturas si alguien de confianza le afirmara que ella era un ángel, no habría duda, no dudaría, es esa clase de belleza que esa chica de su clase irradiaba.


Básicamente amor a primera vista.


Pero parece que su amor no podía ser correspondido, o bueno, jamás le darían la oportunidad de ni siquiera acercarse, después de todo, aquella chica, de nombre María Fernanda 16 años, que el 18 de julio cumpliría 17 años, su tipo de sangre es RHO +, su dirección de su casa queda muy cerca de la escuela, como media hora caminando, aunque eso sí, aunque tenía la dirección nunca se atrevió a ir, y mucho menos seguirla, puesto que sabía que si era atrapado, sus guardianas no lo dejarían ir con simples moretones.


---Leo, ¿podrías llevar estos papeles a la casa de tu compañera?


Fue lo que le preguntó la profesora de inglés, esto lo dejó desconcertado por unos momentos, después de todo, María, aunque era cierto que el día hoy falto a clases, ella tenía cuatro amigas que matarían por estar a cargo de llevarle la tarea, más bien, si se enteran de que le preguntaron a él antes que a ellas, la posibilidad de que lo maten es alta, 'tragó saliva de solo pensarlo'.


--- ¿Por-Por qué yo?


La profesora al escuchar esa pregunta puso una expresión de incredulidad, casi y salen sus viejos hábitos de delincuente que se formó cuando iba en secundaria, pero mantuvo su compostura, después de todo ella ahora no es la líder de una banda de delincuentes juveniles llamada "Los despreciables" sino una respetable profesora de inglés, que reparte su clase con sabiduría, aunque ya escuchó que todos los alumnos la conocen como la solterona de 37 años que posiblemente nunca se case, "Always single, miss Paola Rivera".


---Mocoso... Diré, alumno leo, ¿estás hablando en serio?


Al ver que su estudiante era muy lento para entender la situación, Paola Rivera, empezó a observar los alrededores de la sala de profesores, y como no encontró a nadie a la vista, decidió expresarse con total libertad.


---Mira pequeño mocoso precoz de 16 años, no me vas a venir con esas tonterías de "No sé de qué está hablando teacher..." porque te golpearé y luego te llevare a la enfermería en donde diré que te tropezaste de las escaleras, así que empieza a cantar.


"¡¡¡Esta loca!!!" fue lo que pensó Leo, sudor frio empezó a caer de su cuerpo e intentó buscar una forma de escapar sin que lo atrapen.


---Pensar en escapar es en vano, se tus calificaciones de educación física, tu velocidad no es la gran cosa, así que te atraparía aunque te diera diez segundos de ventaja.


La frente de Leo se puso pálido del miedo, era cierto que era hijo de un ángel caído, pero no tenía ninguna ventaja física, prácticamente lo único que lo diferencia de los humanos son sus alas negras y su habilidad de leer los corazones de las personas con solo tocarlas, pero usualmente tiene su habilidad inactiva.


La profesora liberó un suspiro de resignación, sacarle algo a este chico tan lento es una pérdida de tiempo, así que decidió decirle las cosas sin tanto rodeo.


---Mira que eres lento chico, esto lo hago para ayudarte.


--- ¿Ayudarme?


---Ash. ¿Crees que no he notado como miras tan apasionadamente a esa tal alumna? Todos los días, desde que tuve mi primera clase; he visto como la miras con esos ojos de amor platónico, sabes, ya me tiene cansada de que solo la veas y no le hables, ¿No tienes huevos? O ¿Están solo de adorno?


"¿¡Qué está diciendo esta profesora!? Hu-hue-hue-huevos!!" Su rostro pálido cambió a rojizo por la vergüenza, primero porque saben sobre el amor platónico que siente por María y el segundo es que esta profesora resulto ser más vulgar de lo esperado, ha escuchado por otros estudiantes que ella es un poco agresiva a la hora de hablar, pero nada del otro mundo, obviamente los que corrieron la voz este rumor jamás habían visto el verdadero carácter de esta profesora.


---Por eso te estoy echando una mano, mira, llévale estos papeles, la escusa obviamente es que yo te mandé, a lo mejor te pide que pases a su casa, si tienes suerte su tía no estará en casa, entonces aprovechas para hacer la tarea juntos, conversaran y posiblemente se enamore de ti, y colorín colorado, ustedes dejaran mi clase por algún tipo de embarazo prematuro, jajaja.


---Ir a su casa y hacer la tarea juntos.


Claramente solo esas dos ideas entraron por los oídos de Leo, las demás eran innecesarias, por obvias razones.


Bueno, para cerrar esta charla de profesora a estudiante, digamos que Leo aceptó la idea de la profesora y decidió ir a la casa de María, pero ese día, ella no abrió la puerta que tanto le costó encontrar, sabia de la dirección de ante mano, pero nunca había venido, las calles parecían un laberinto, ¿Quién rayos diseño estas calles? Las residentes tendrían que presentar una queja.


Al día siguiente, un domingo 12 de abril del 2020, en esta ocasión abrieron la puerta que un día anterior nunca se abrió, solo que no fue la persona que esperaba, era una de las guardianas de María, sino su mente no le fallaba su nombre es Isabel, "Debía habérmelo esperado..." dentro de Leo se revoletearon muchas emociones, vergüenza, tristeza, miedo, etc, casi y le da ganas de vomitar, pero lo soportó, por ahora su deseo más preciado era entregar la tarea y salir corriendo antes que lo maten, ya que todas la miradas a su alrededor son hostiles.


---Me-me disculpo por lo de mi amiga, no ha sido su intención actuar tan duramente. Muchas gracias por traerme la tarea, y lo siento por no contestar ayer.


Su voz era tan suave y armoniosa, casi parecía la voz de un ser celestial, el miedo y la tristeza, y toda emoción negativa, desaprecio de su cuerpo al escuchar su voz, dejándolo solo el de la vergüenza, no es necesario decir que su rostro esta sonrojado y piernas le tiemblan, hasta la respuesta que dio apenas puedo ser entendida.


---No-no-no te preocupes, yo entiendo.


---Sé que estamos en el mismo salón, y es irrespetuoso esto pero, ¿Podrías decirme tu nombre?


Lo que le impacto es que no sabía su nombre, sino más bien el hecho que ella quería saberlo, él se veía relejado en sus ojos verdes claros, y ella se reflejaba en los suyos, podría ser esto lo que llaman el destino, este amor platónico podría ser...


---Leo.


Al decir su nombre, bajo su cabeza y recordó.


Recordar justo en este momento tan feliz de su vida, el hecho que no le quedaba mucho tiempo de vida, era algo que le destrozo el corazón, razón por la que entregó el sobre manila con los papeles que le entrego la profesora Paola y salió corriendo del lugar con la excusa que tenía algo que hacer.


Mientras corría por las calles sin rumbo fijo, trataba de olvidar sobre su condición, él sabía muy bien que su vida no será tan extensa, más bien, justo ahora está en una edad en donde su vida puede desaparecer, su vida era como una vela que en cualquier momento con el más leve soplido desaparecería, y pensar que alguien con ese tipo de problema terminaría enamorándose de tal manera que se olvidó sobre su corto tiempo de vida, pero no podía hacer nada para evitarlo, ella era tan hermosa, su voz, sus ojos, su cabello, sus labios, su rostro, su carácter tan amable, de seguro tuvo una vida satisfactoria, con buenos padres, fue bendecida con vida extensa y radiante, amigos y familiares que la estiman y adoran, en serio, sí que nació bendecida, tal vez por eso se sentía tan atraído por ella.


Por un momento esos sentimiento de amor cambiaron ligeramente por la envidia, ¿Quién podría culparlo por sentir envidia? Estamos hablando de un joven de buena apariencia, quien si se le habría permitido vivir más, podría haber tenido un brillante futuro, así como ella... de seguro ella no entendería por el sufrimiento por el que está pasando, alguien que lo tiene todo nunca entendería la vida de alguien que está por perderlo todo, el cariño de su mamá, el buen trato de su padre y semi hermanos, y a su primer amor.


Por cada hora que pasaba se autoconvencía de que sentía envidia por la vida de María, se podría decir que ese amor que sentía se iba corrompiendo cada vez más, hasta que... cuando se dio cuenta, ya se encontraba en un paradero esperando un auto, el cielo azul desaparecía poco a poco, dando paso a un cielo algo naranja, ¿Qué hora era? Leo se preguntaba mientras observaba a su alrededor, entonces se encontró con un rostro conocido.


A su lado derecho se encontraba Isabel, estaba recostada en el mismo largo asiento, parecía pálida, como si se hubiera desmayado por falta de fuerza, cuando se acercó para verificar si podría ser de alguna ayuda, tocó su cuerpo y unos recuerdos llegaron a su mente.


Eran bellos recuerdos de cuando su grupo se fue formando en la primaria, obviamente el centro de todo era María, quien siempre contaba anécdotas de su alegre familia, sus padres y sus dos hermanas menores. Los años pasaron y el grupo inseparable de amigas, empezó a perder miembros, algunas se mudaban u otras se cambiaban de escuela por cuestiones de dinero, llegando así a la secundaria, donde entre ellas mismas se cuidaban, o bueno, cuidaban de que ningún agente externo se acercara a María.


"Lo sabía, ella fue bendecida—


Fue justo cando tuvo ese pensamiento, que un recuerdo algo oscuro llegó a su mente, eran recuerdos fresco, lo que significaba que no había trascurrido ni dos días.


El recuerdo trataba sobre la misma Isabel y su curiosidad por ver los cuartos de maría, en donde solo encontró habitaciones abandonadas, eran frías, llenas de polvo y sin vida, como si nunca nadie habría vivido en esa habitación, ¿Si era así? Porque ella contaba siempre anécdotas de sus padres... si solo hubiera sido en su infancia se podría decir que los perdió en un accidente o simplemente viajaron, pero esas historias también iban para la actualidad, más bien, el había escuchado una de sus conversaciones en donde ella afirmaba que un día anterior, sus padre y sus hermanas celebraron el cumpleaños de su tía, que vive con ellos.


Todo se volvió confuso, y una gran curiosidad lo llenó por completo, quería saber más sobre ella, sobre la chica de la cual se había enamorado.


A este punto la envidia que sentía había desaparecido, dejando solo una cosa, "al menos, antes de que muera, tengo que decirle lo que siento" no le importaba si era rechazado, si eso lo acercaba a su corazón, y con esa resolución se fue del aquel paradero dejando sola a Isabel, aunque antes de irse, la cubrió con la casaca que llevaba en su mochila, la cual nunca volvió a ver.


Pasaron los días, y nunca se le dio la oportunidad, llegando a un punto en que interrumpiría la conversación de ella y sus amigas para solo pedirle un poco de su tiempo, y justo ese día, sería el viernes 17 de abril, pero lastimosamente ese día volvió a faltar a clases.


Quiso pedirle a la profesora que le dejara llevarle la tarea, pero la respuesta solo respondió con un.


---Lo lamento, esas cuatro alumnas que siempre se le pegan como chicles, me obligaron a entregárselas, aaaag, falle como tu cupido, pero si tenías intención de declararte puedes esperar al lunes.


---¿Co-co-como lo supo?


---Eres muy obvio mocoso.


La sala de profesores se llenó de una escandalosa burla y el suspiro de un joven.


Cuando el lunes llegó, María no volvió hacer vista.


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