Kenkyūjo no seizon-sha

Donde todo comenzo

Apenas había cumplido 20 años de edad, recién a esa edad pude ver el sol por primera vez.

Era radiante y cálido, iluminaba todo lo que me rodeaba, llenaba de luz la pequeña habitación en donde estaba, ese día fue el más feliz de mi vida y fue el último día que vi al sol.

Nadie sabe cómo empezó todo este desastre, nadie lo sabe con certeza y mucho menos yo que nací y crecí en un laboratorio o quizás nací de manera natural, no tengo ni la menor idea.

Lo único que sé es que debo seguir sobreviviendo en este mundo, algunos seremos humanos que he conocido llaman “Planeta Tierra” al lugar en el que nos encontramos.

No sé si ese sea su verdadero nombre, pues mi padre adoptivo me dijo que este lugar era la tierra santa.

—¿Tu qué opinas?

Mire al cadáver putrefacto que estaba a unos metros de mí.

—No te molestes en contestar, sé que no puedes hacerlo

—Bueno, creo que aquí nos despedimos viejo amigo, extrañare nuestras charlas

Me levante del suelo, tome mi mochila y me aleje de ese callejón en el que me encontraba.

Era mi día 900 en este raro lugar, cada día conocía más cosas del mundo exterior. Bueno lo que queda del mundo exterior.

Aunque lo que más me asombraba era el hecho de que no sentía hambre, ni sed. Recuerdo muy bien que cuando conocí el Sol, yo tenía hambre y sed.

—Es extraño, acaso habrá tenido algo que ver la inyección que puso mi padre adoptivo minutos antes de exponerme al sol

Decidí no darle más vueltas al asunto, pues pese a no tener hambre, ni sed, aun podía comer y beber lo que sea.

—Bueno, al menos sé que no me moriré de hambre o de sed

Puse mis manos en los bolsillos de mi pantalón y continúe caminando.

La ciudad de ese lugar estaba en ruinas, los edificios en su mayoría estaban hechos pedazos, los pocos autos que habían ahí estaban completamente inservibles.

—Aun me siguen sorprendiendo la altura de estos edificios

—¡Hey!¡Quédate quieto!

Esas palabras hicieron estremecer mi cuerpo y me quede completamente quieto.

—Date la vuelta

No sabía quién o qué era lo que me estaba hablando, pero decidí obedecer sus palabras para evitar cualquier problema.

—Suelta tus armas

—No tengo ningún arma

—¡No me mientas o te hare un agujero en el estomago

Escuche el recargar de un arma. Una escopeta y a juzgar por el sonido debe ser una Benelli M3.

Podría escapar fácilmente, pero el sonido de recarga de esa escopeta era extraño.

Quizás este oxidada o dañada. Aunque es muy difícil que eso pase, pero creo que, en las condiciones de este mundo, nadie le daría mantenimiento a un arma.

—Te estoy diciendo la verdad

Hubo unos 10 segundos de completo silencio, hasta que escuche unos pasos acercándose a mi.

—Suelta tu mochila

—No puedo hacerlo

—¡Te dije que sueltes tu mochila!

Tras volver a escuchar su voz supe que se trataba de una mujer. Aunque notaba algo extraño en su tono de voz.

Supongo que lo averiguare cuando le quite el arma. Solo espero no usar mucha fuerza esta vez.

Solté un leve suspiro y salte hacia atrás a una gran velocidad, para evitar el disparo de esa mujer.

Aquel salto que di, me hizo colocarme detrás de la mujer extraña.

—¿Qué rayos? ¿Dónde se fue?

—Estoy detrás de ti

La mujer volteo con rapidez y jalo del gatillo. Afortunadamente fui más rápido y desvié su disparo.

—¡Oye ten más cuidado con esa cosa!

—¿Cómo es que tu…?

Fue muy fácil desviar su disparo y aunque lo que me llamo la atención fue el que tuviera una especie de cubre bocas tapando la parte inferior de su rostro.

—¿Cómo te llamas?

—Y eso a ti que te importa

Una mujer testaruda. Casi como la señorita Lin.

Sin darme cuenta, una suela de zapatilla estaba acercándose a mi rostro, obviamente esquive el ataque.

—¡Suelta mi arma o la próxima no fallare el disparo!

Se nota la molestia e ira en el rostro de esa mujer, así que solté su arma y me di media vuelta y continúe caminando .

—¿Enserio te iras así nada?

—¿No tienes miedo de que te vuelva a disparar?

—No creo que puedas disparar sin un gatillo, ¿O si?

Alce mi mano izquierda dejando a la vista el gatillo que le había quitado a su escopeta.

Aunque no podía ver su rostro, podía sentir su confusión. Acaso no era normal para un ser humano hacer esa clase de cosas.

—¡Oye idiota! ¿Cómo te llamas?

Al escuchar su pregunta me detuve e intente decirle mi nombre, pero ella había sido muy grosera hace unos instantes.

—Lo siento, pero tu no me dijiste tu nombre, así que yo tampoco diré el mío

Continúe caminando con la esperanza de no me atacara con otra arma.

—Me llamo Lif

Voltee a verla y la vi a ella, pero esta vez estaba sin cubre bocas, me resulto bastante agradable verle el rostro completo.

Hace tiempo que no veía aun rostro tan cuidado con el de ella. ¿Sera acaso que ella vive en un campamento?.

De pronto sentí una fuerte sensación en el pecho que recorrió todo mi cuerpo.

—¡Corre!

Le grite a Lif, quien se asusto al escucharme. ¿Acaso ella no sintió lo mismo que yo?.

Sin perder mas tiempo corrí hacia ella y la levante en brazos. Sabia que si esa cosa nos encontraba ella podía morir fácilmente.

—¿Q-que crees que haces?

—¡Bájame de una vez!

—No creo que sobrevivas si hago eso

De repente algunos edificios comenzaron a colapsar. Eran ellos, los Neo-Humanos.

Acelere el paso y me oculte junto a Lif dentro de una dulcería medio destrozada.