Capítulo 3: Pasiones Compartidas.

Es una mañana de fin de semana bastante soleada y calurosa.


Aozora estaba en su cama con una mano en su frente debido a que no podía con este "calor infernal" según sus propias palabras.


En ese momento, la madre de Aozora entra en su habitación con una bandeja que tenía una bebida fría para su hijo y con una tierna sonrisa le dirige la palabra.


Madre de Aozora: Ao, te traje algo para el calor.


Ella deja aquella bebida en una pequeña mesa que esta en el centro de la habitación de Aozora.


Aozora con una ligera sonrisa, se levanta para acercarse a aquella bebida.


Aozora: Muchas gracias, madre.


Madre de Aozora: No hay de que, es un día muy caluroso, así que pensé que te vendría bien una buena bebida fría.


En ese momento, el timbre del hogar de Aozora suena, algo que la madre de Aozora responde con un grito con un tono muy calmado y amable.


Madre de Aozora: ¡Enseguida voy!


Ella mira directamente a su hijo para decirle antes de irse.


Madre de Aozora: Bien, disfruta de tu bebida, yo iré a ver de quién se trata.


Aozora: De acuerdo.


Su madre se retira de su habitación cerrando la puerta con calma para dirigirse hacia la entrada de su hogar, mientras que a su vez Aozora empieza a tomar la bebida que le trajo su madre, algo que le resulta muy refrescante.


Aozora: (Sin dudas, mi madre tenía toda la razón, necesitaba algo como esto).


Mientras él se refrescaba con la bebida, se dirigió a su computadora para ver una de las cosas que él más amaba hacer: El coleccionismo de figuras estilo anime o manga.


Aozora si bien era como un chico promedio que le gusta el anime, manga y los videojuegos.


El siempre fue alguien con ese gusto de tener a sus personajes favoritos en su habitación y poder ambientar la misma de una forma que le guste.


Por lo tanto, en ese momento, él estaba viendo una figura edición especial de aquel manga que había comprado hace un tiempo en la tienda donde trabaja la madre de Yris.


Aozora: (Es muy cara... No puedo costearlo en su precio original).


Sin embargo, a pesar de que el coleccionismo de figuras sea algo que le guste mucho, no es imprudente con ese gusto.


Debido a que siempre que ve que una figura no está en su alcance económico, no pierde la cabeza por ella, más sin embargo si busca alternativas más económicas y viables de poder conseguirla.


Así que en ese momento, al ver que dicha figura no estaba a un precio al que él pudiera pagar sin problemas, se dirigió a su alternativa para ver si tenía una oportunidad de conseguirla.


Entró en una página web, donde muchas figuras de ese estilo son ofrecidas en internet con un método que naturalmente suele realizarse de forma presencial.


Este método es uno que si es antiguo, no deja de tener su mercado en Japón.


Se trata de: Las máquinas de gancho.


Este tipo de máquinas están diseñadas para poder tomar un objeto y luego depositarlo en un contenedor, la persona que logra hacer esto en su turno, se convierte en el dueño del objeto.


Gracias a los avances en el internet y la tecnología, ahora hay sitios webs y tiendas que pueden ofrecer este tipo de máquinas de forma paralela desde la comodidad de su casa.


Dicho esto, Aozora estuvo buscando dicha figura en el sitio web donde suele hacer esta alternativa de conseguir algunas figuras que no podría pagar en su precio original.


Tras una breve búsqueda, el logró su conseguir su objetivo, solo había una unidad disponible en una sola máquina, por lo que no dudó en ingresar a aquella máquina.


Para su suerte el era único que estaba en la fila virtual para conseguirla, solo debía esperar que la persona que estaba intentando por su parte se rindiera y le cediera la oportunidad de lograrlo.


Justo en ese preciso momento de espera, la puerta de su habitación vuelve a abrirse, por lo que piensa que se trata de su madre, sin embargo no quitó su mirada de la pantalla.


Aozora: Oh, disculpa mamá, en este momento estoy ocupado, pero gracias de todas formas si trajiste algo.


Yris: [Ver**ción, yo si estoy salada entonces]


El se queda sorprendido, debido a que si bien no entendió lo que dijo, sabe perfectamente quien es.


Por lo tanto, se da la vuelta para ver a Yris quien está viendo algo en su teléfono dentro de su habitación.


Aozora: ¿Mori? ¿Qué haces aquí?


Yris: ([No jo**, nunca puedo hacer bien esta vaina])


Aozora: ¿Mori? ¿Me escuchas?


Aozora estaba confundido al no recibir respuesta de ella, pero en su cara se le notaba que estaba algo frustrada con lo que sea que estaba haciendo desde su teléfono.


Yris: [Co** de la madre... Ya, no jo** me canse].


Ella algo molesta guardar su teléfono en uno de sus bolsillos.


Al verla así, si le da curiosidad por lo que acaba de pasarle, sin embargo antes de que siquiera pudiera hablarle, en su computadora recibió el sonido de una notificación de la página web.


Aozora: (Ya luego le preguntare, intentare conseguir la figura lo más rápido).


Cuando el vuelve a concentrar la mirada hacia aquella página web, se sorprende al ver lo fácil que la otra persona dejó aquella figura.


Por lo que pagando con puntos ahorrados que tenía de la página, comenzó su turno y en un solo intento, logró la figura.


Sin embargo, antes de que siquiera pudiera celebrar el haber obtenido la figura que quería y aun prácticamente gratis, fue opacado con un grito de sorpresa.


Yris: [¡NO PUEDE SER! ¡MAL**** LECHUDO!]


Aozora: ¡AAAH!... ¡AUCH!


Yris se había acercado sin que él se percate, haciendo que en el momento que ella gritó, él cayera al suelo con la silla hacia atrás.


Yris: [Co**... ¿Estás bien pana?]


Yris se agacha para poder ver si está bien, al mismo tiempo que el sube la parte superior del cuerpo con los ojos cerrados mientras se está acariciando la zona del golpe en su cabeza.


Al tener los ojos cerrados sumado al hecho de que no entiendo sus palabras, no pudo notar que Yris se acercó para ver su estado.


Así que en el momento que abrió los ojos, vio cerca la cara de Yris, la cual mostraba claramente estar preocupada e incluso ella se toma la libertad de acariciar la zona de su cabeza donde se golpeó.


Yris: Perdóname por aparecer de la nada y asustarte.


Aozora: No te preocupes (Aunque sigo con la duda ¿Por qué está aquí?)


Yris se levanta y le ofrece la mano para que pueda levantarse.


Yris: Déjame ayudarte.


Aozora: Gracias.


El acepta su gesto con una sonrisa y ella logra levantarlo, para posteriormente también levantar a su vez que colocar en su puesto la silla del propio Aozora.


Una vez hecho eso, Aozora tranquilo mira a Yris con curiosidad para preguntarle aquella duda que aún tenía presente.


Aozora: Por cierto ¿Qué haces aquí?


Yris algo confundida por la pregunta opta por responderle.


Yris: ¿No es obvio? Vine a verte.


Aozora: ¿A verme a mi?


Eso genera una respuesta sarcástica con cierta molestia por parte de Yris, solo que a su manera.


Yris: [No a la abuela tuya en bicicleta ¿Quién mas mama*****?]


El se sintió algo intimidado por esa respuesta e incluso confundido debido a que no sabía que dijo, solo puede saber por su expresión facial que no le gusto que dudara de su respuesta.


Aozora: Lo siento (Sin dudas, da miedo cuando se expresa de esa forma...).


Ella suelta un suspiro al ver que se había disculpado por su reacción, por lo que procedió a darle una palmada en su espalda con una actitud más alegre.


Yris: ¡No te preocupes, no te preocupes! No estoy molesta.


Aozora: Pero... (Si la note enojada en su cara ¿Cómo que no lo estaba?)


Yris: Jeje, si vine a verte a ti, debido a que somos amigos ¿No?


Eso lo sintió como algo positivo, ya que debido a su forma de ser en la preparatoria y tener algunos amigos, al no hablar constantemente con ellos, a veces le hace sentir que no los tiene.


Sin embargo, a él nunca le había importado, debido a que jamás ha sentido la necesidad de que aquellos amigos estén todo el tiempo con él, pero en este caso, sentía que era bonito el gesto de Yris de visitarlo.


Aozora: Gracias.


Yris: Jejeje, no hay de que.


Yris tranquila se sienta en su cama para admirar la habitación de Aozora a lujo y detalle.


Yris: [Que fina esta tu habitación]


Aozora: ¿Disculpa?


Yris: Que esta genial tu habitación, es increíble.


Aozora se sorprende debido a que nadie le había dicho eso y mucho menos una chica.


En ese momento, la computadora vuelve a soltar una notificación de la página web de máquinas de gancho, notificando que debe realizar la solicitud de envió de la figura que él había ganado.


El vuelve a tomar asiento enfrente de su computadora para realizar dicha solicitud mientras Yris seguía viendo a detalle las cosas que tenía en su habitación.


Al cabo de un breve rato, completa la solicitud y la página le notifica que la figura será enviada a su hogar.


Yris estaba tranquila y al ver lo que hizo Aozora decide decirle algo relacionado a ese tema.


Yris: Sabes la razón por la que reaccioné de esa forma cuando conseguiste aquella figura...


Yris pone una mano detrás de su cabeza algo apenada.


Yris: Es porque yo estaba luchando por conseguirla en esa máquina...


Eso sorprendió a Aozora y la miró directamente a la cara.


Aozora: ¿En serio?


Yris: Si, pero no soy muy buena en ese tipo de máquinas jajajaja.


Ella se ríe de su falta de rendimiento en ese tipo de juego, algo que calma a Aozora al ver que ella no le molesta que ganara dicha figura.


Sin embargo, eso hace que también se le ocurra algo por la mente.


Pero antes de que siquiera pudiera formular dicha idea bien en su cabeza, Yris volvió a mostrarse muy exaltada con algo.


Yris: [¡CO** DE LA MADRE! ¡TIENES EL MOFUPECO!]


Yris estaba viendo los videojuegos que tenía Aozora en una de sus estanterías.


El estaba muy sorprendido pero intrigado al notarla tan exaltada por un videojuego.


Aozora: ¿Nunca lo jugaste?


Aozora: Es decir, por tu manera de actuar parece que fuera la primera vez que lo ves en persona (Espero no haberla malinterpretado por no saber español).


Yris con el juego en las manos se acerca a él muy emocionada para responderle.


Yris: ¡No, nunca tuve la oportunidad de jugarlo!


Aozora estaba sonrojado y sorprendido, debido a dos razones, la primera es que no esperaba que ella se acercara así, la segunda es que por cómo suele vestir Yris fuera de la preparatoria, el ángulo en el que estaba le daba un vista muy notable del escote de su gran pecho.


Trago un poco de saliva para poder continuar con la conversación.


Aozora: ¿Por qué no? Es un juego que tiene varios años existiendo.


Yris: Bueno...


Yris baja la intensidad de su alegría, para soltar un breve suspiro y explicar con un cierto gesto de puchero en su rostro.


Yris: Lamentablemente hay ciertas empresas que bloquean el acceso a la compra de sus videojuegos hacia Venezuela, entonces mientras estuve allí, a menos de que los importara de otro país y tuviera la consola correspondiente, era imposible que pudiera jugar algún juego si no era métodos poco legales.


Yris: Algo que mi padre me enseñó de pequeña que eso no se hace, debido a que eso sería algo con poco honor.


Yris: Por lo tanto, me limite a solo los juegos que podía jugar en mi computadora y tuviera acceso a su compra desde Venezuela.


Aozora: Pero ¿Eso no es discriminación de parte de esas empresas hacer algo así?


Yris: Lo es, pero como suelen tener buenas ganas, un país más o un país menos no es algo que les afecte...


Aozora: Entiendo... (Así que ¿Hay cosas que se ha perdido por vivir allí?... Quiero saber más)


Aozora: ¿Algo más?


Yris mira curiosa a Aozora.


Yris: ¿Qué cosa?


Aozora: ¿Hay algo más a lo que no pudieras acceder fácilmente por estar allí?


Yris: Bueno...


Ella piensa un poco mientras mira el techo, hasta que vuelve a mirarlo a él para contestarle con calma.


Yris: Muchos mangas exclusivos de aquí, figuras, cosas especiales de videojuegos, algunos platillos, eventos y muchas cosas más de las cosas que me gustan.


Aozora: (Ha estado mucho tiempo allá, no ha podido vivir mucho de su propio país de nacimiento... En ese caso... Creo que sí lo haré).


Aozora algo motivado le dirige la palabra.


Aozora: Pues, ahora puedes disfrutar todas esas cosas ¿No es así?


Yris: ¡Así es! Jejeje.


Ella sonreía con mucha felicidad al ser consciente de eso.


Aozora: Aun así...


Con una sonrisa y una actitud tranquila, él señala aquel juego que ella tenía en las manos.


Aozora: ¿Quieres jugarlo conmigo?


Yris muy feliz aquella respuesta le responde, pero nuevamente a su manera.


Yris: [¡Si va! ¡Dale mari**!].


Dicho eso, ella lo abraza mientras se ríe de alegría.


Aozora mantiene la tranquila y sonrisa, porque interpreta que le dijo que si, pero a su forma.


Aozora: (Definitivamente, empezaré a aprender español).


Aozora: (Quiero poder entenderla cuando habla así).


Tras eso, ellos 2 se divirtieron con aquel videojuego juntos.


Para él, una experiencia muy bonita de jugar con alguien más.


Para ella una felicidad enorme de por fin poder jugar aquel videojuego.


Pero ahora Aozora tiene un nuevo objetivo en su vida.


El cual piensa lograr.

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