El origen del mundo

Antes que nada se tendría que explicar si la teoría a la que llegó Adán es acertada o no, con lo que nos referimos es sobre que el Dios soberano y el del inferno, son realmente de otro mundo; para eso tendremos que ver un poco la historia sobre ambos mundos, que también se le podrían llamar, ambas caras de la misma moneda.


Como se explicó, hace millones de años, en el "otro" mundo; existían dos tipos de dioses que gobernaban sobre los humanos, relativamente se podría decir que estas existencias supremas no podrían existir sin el otro, por ejemplo, el bien no puede existir sin el mal, no hay personas que se pueden catalogar como buenas, sino hay personas malas, si existe la luz, también están las sombras.


Todo esto se le conocía antes como el BALANCE.


El dios soberano de la vida y el Dios de la muerte. Dios y el diablo. Yod Hei Vav Hei y Lucifer del crepúsculo.


Aunque en el caso de Lucifer del crepúsculo, él no nació siendo un Dios, sino un arcángel, uno de los tantos hijos del Dios soberano, solo que la ambición por un trono lo cegó a tal grado que comenzó una revolución contra su padre, esta guerra civil fue lo que originó el balance, dándole así al universo el equilibrio para no perecer; también fue esta una de las razones por la que Lucifer pudo dar un paso hacia la supremacía, dándose a él mismo el título de Dios, gobernador del INFERNO, y de las almas condenadas en Tentación.


El equilibro del mundo se mantuvo constante por muchos años, pero esto a los ojos de los humanos era 'malvado', puesto que sus vidas eran prácticamente juguetes para ambos dioses, según lo que ellos dictaban tenía que ser obedecido al pie de la letra.


"Si eres bueno, te iras al cielo, en donde encontraras la felicidad eterna, no pasaras hambruna ni frio, no sentirás miedo y tampoco deseos carnales, tendrás un hogar propio, construido con materiales especiales, capaces de durar para siempre"


"Si eras malo, te iras al infierno, todo el mal que has hecho cuando estabas vivo, será castigado ahí, tendrás hambre, pero no podrás morir, te quemaras hasta desear morir, pero no perecerás, todo el dolor que sufrieron los inocentes bajo tus manos, se te serán devueltas multiplicadas por mil, por toda, toda la eternidad"


La cuestión era que tenías que ser siempre bueno, siempre, ya sea de día o de noche, cada persona debía ofrecer sus oraciones a Dios, si faltabas una sola vez, serias catalogado como hereje y nunca te recibirían en el paraíso, no importa cuánto clamaras o cuantas buenas acciones hicieras, una vez le fallaras al de arriba, estabas condenado.


Al principio los humanos lo vieron como una bendición del cielo, pero mientras más avanzaba la civilización, mas oprimidos se sentían, no podían investigar, porque es herejía, no podrías hacer ninguna investigación científica porque también sería herejía.


La gente moría por enfermedades, por falta de médicos... morían de hambre, porque se le prohibía a la gente cosechar, básicamente tenían que esperar que todo fuera entregado por la mano de Dios, este era generoso a sus ojos, porque les daba solo lo necesario, o eso pensaban al comienzo, lo que los llevo a sentirse malditos y oprimidos por estos seres supremos, era porque no podían resistir sus ganas de aprender, ser ignorantes todo el tiempo no era bueno, querían conocimientos para curar a sus enfermos y labrar la tierra de buena forma.


Pero.


Aunque sintieran algo de rencor dentro de sus corazones, no podían hacer nada... la humanidad le temía a esos seres, ya que ellos fueron creados por ellos, es mismo significaría que tienen el poder para que destruirlos, si se tardaron siete días para crear toda vida en este mundo, ¿Cuánto les llevaría destruirla? Más bien, si les llevo tan poco crear este mundo, podrían hacer desde el inicio a la humanidad, llegar a esa conclusión solo los aterró más.


Aunque, como en cualquier otra historia, todo tiene su final, y para estos dioses no fue la excepción.


Llegaron una mañana a la tierra, eran varios grupos de seres rodeados con cierta divinidad, nacidos a lo que ellos llamaron "El olimpo", ubicado al otro lado de la moneda; llevaban armaduras plateadas, brillantes y hermosas a la vista, estos dioses eran igual, sus rostros, tanto como el de los hombres y las mujeres, se podrían decir que eran perfectos, podrías enamorarte de ellos a primera vista, y aunque al principio los humanos les tenían miedo, con el paso de las horas se ganaron sus respetos, no eran hostiles y tenían gran disposición en escuchar a la gente, gente que no dudo en ningún instante en pedirles ayuda.


Se arrodillaron frente a estos seres divinos y les rogaron que los salven.


A lo que su líder, quien en su época tenía la apariencia de un joven de cabello castaño y ojos color ceniza; respondió.


---Levántense, queridos humanos.


Las personas al escuchar su voz sintieron una gran paz en sus corazones, Y levantaron la vista sin querer.


---Nosotros somos los que deberíamos arrodillarnos frente a ustedes, ya que son sus plegarias las que nos dan la fuerza para vivir, sin ustedes nosotros no somos nada, por esa razón no deben arrodillarse, si van pedir nuestra ayuda, deben hacerlo con la frente en alto, ya que para mí, y para mi gente, ustedes son nuestros iguales.


Tales palabras salieron de ese joven, palabras llenas de convicción y calidez, sus ojos cafés les mostraba abiertamente la pureza de su alma, esto los convenció, este Dios, no nos esta menospreciando y tampoco viendo como seres inferiores, sino como un igual, gracias a esas palabras que transmitieron todo el sentimiento que el joven quería trasmitir, las personas que los rodeaban y se habían arrodillado, uno a uno se fueron colocando de pie, su mirada estaba fija en aquel Dios, fue entonces cuando la humanidad, todos juntos como hermanos y en una sola voz, dijeron.


---ayúdennos.


Solo fue una palabra, una simple palabra, pero el fervor y valentía que tuvieron que juntar para decirlo, no podía ser medido, esto dibujo una sonrisa en aquel Dios, quien bajo su cabeza para mostrar todo su respeto.


---Entendido, déjenlo en nuestras manos. Juro por mi nombre, ZEUS, que haré realidad sus sueños.


¿Un Dios bajando su cabeza, frente a los humanos? Podría ser el inicio de una buena novela de genero comedia, hasta eso mismo, o algo parecido; pensaron los humanos en ese tiempo, según ellos, los dioses son seres orgullosos y egoístas que hacían lo que les plazca, sometían al débil humano a una eterna esclavitud, tanto en vida como en la muerte, pero... ellos eran diferentes, solo aparecieron de la nada, llegando de un mundo diferente al suyo, ¿Qué querían o cual era su objetivo? No lo sabían, a lo mejor en el fondo no sean tan buenas personas como parecen, y nadie los culparía por pensar de esa manera, como se pude confiar ciegamente en unos desconocidos, aunque eso no era problema, cualquier cosa estaría mejor sin esos egocéntricos dioses.


Poco después comenzó la primera guerra santa.


No solo pelearon los GRIEGOS, sino también los NÓRDICOS, ROMANOS y EGIPCIOS, estos fueron los únicos, de los tantos que existen en el universo; que se levantaron para vencer a esos dos dioses, que eran los protectores del equilibrio, dos entes que podrían destruir toda la creación a su antojo, puesto que uno de ellos poseía en su poder a las "tres marías", conocidas también como las tres leyes, o decretos; estas eran principalmente la fuente de poder del Dios soberano, gracias a ellas, obtenía el poder de ser omnipotente, omnisciente y omnipresente.


Ciertamente vencer a un ser con esas capacidades resulto en una masacre sin precedentes, tanto como los dioses romanos y nórdicos, sufrieron grandes bajas, solo los griegos y egipcios demostraron gran poder en la batalla, sus armas sagradas resultaron ser más de lo que espera el Dios soberano y lucifer del crepúsculo, quienes habían unido fuerzas para no perder, pero era en vano, tanto sus arcángeles, ángeles, Archi-demonios y demonios, cayeron como moscas, se liberaron a las siete bestias del fin del mundo, usaron todo el arsenal a su disposición, todas las bestias celestiales e infernales, aun así, estos dioses de origen desconocido, se abrieron paso hasta llegar al paraíso, en donde se decidió al ganador.


Fueron los GRIEGOS los que les cortaron las cabezas a ambos dioses y quemaron sus restos en la estrella más brillante, en donde no quedo nada.


Con esto se acabó la gran guerra, los dioses que esclavizaron y mantuvieron ignorantes a la humanidad, fueron asesinados.


¿Qué pasó con los tres decretos? Pues solo desaparecieron sin dejar rastro, esperando el día en conocer a otra ser digno de sus poderes.


Una vez que los GRIEGOS tomaron el control de paraíso, le cambiaron de nombre, lo llamaron "El nuevo olimpo", ya que no sabían cómo regresar a su mundo, decidieron quedarse a gobernar este, con la misma sabiduría con la que gobernaron en su otro mundo.


Todo parecía felicidad hasta que se dieron cuanta, lo que realmente protegían esos dos dioses.


Sin el Dios soberano, poseedor de las tres marías, y lucifer del crepúsculo, Dios del INFERNO, el equilibrio se rompió, el balance que evitaba que el mundo fuera consumido por la verdadera maldad, apareció en la tierra, abriéndose paso entre los altos montes, como si mismísimo infierno estuviera manifestándose, hicieron su aparición.


Los 7 reyes demonios, que representaban a los pecados capitales, cada uno poseía detrás de ellos una guarnición de 10 generales, y cada uno tenía un sello en sus frentes, el cual representaba su mandamiento.


Con su aparición en la vanguardia, aparecieron también demonios y las sub-especies en la retaguardia, era un sinfín de enemigos que con solo caminar la vegetación y las frutas de la zona se pudrían, los ríos y lagos se secaban, todo a su paso moría, su aliento era veneno para los humanos, quienes murieron antes de poder suplicar a los dioses.


Eran crueles y llenos de sed de sangre, solo pensaban en destruir y poblarse, la subespecie de los demonios, quienes tenían el menor de los rangos, tenían la orden directa de reproducirse a su antojo, razón por la que intentaron dejar vivas a la mayoría de mujeres para luego violarlas, lastimosamente su miembro reproductor era mucho para el cuerpo de las hembras humanas, cientos de mujeres murieron y las que lograron sobrevivir, las mantuvieron en cautiverio, hasta que dieran a luz, puesto que a diferencia de la semilla de los humanos, lo de los demonios incubaban a una velocidad de tres a cuatro veces más rápida.


Obviamente las mujeres al dar a luz morían, ya que el engendro en sus estómagos, devoraban todos los órganos a su paso.


Para cuando los dioses fueron conscientes de la existencia de estos despiadados seres, la cuarta parte de la tierra ya había caído en una oscuridad tan espesa que de solo estar cerca podría matarlos, se les era imposible acercarse, pero eso no significaba que no harían nada para proteger a los humanos, así que usaron los poderes de todos los otros dioses que ayudaron en la gran guerra, para así forjar doce herramientas celestiales, las cuales fueron encomendados a los seres humanos, ya que ellos eran los únicos que podían estar dentro del miasma y sobrevivir, dando así el nacimientos de los 12 sabios.


Pero no había poder, y ya casi la mitad del planeta pereció, los Dioses quisieron intervenir pero los humanos decidieron que esta sería su propia guerra, habían decidido no ocultarse bajo el manto de los dioses que los habían liberado, después de todo, lo que ellos querían era libertad, poder cumplir sus sueños con sus propias manos, y si se escondían bajo su ala, no habría ningún cambio, todo seguirá igual, esto definitivamente ante sus ojos debía ser evitado.


ZEUS, al ver lo determinado que estaba la raza humana a superar a este nuevo enemigo, una vez más sintió admiración por ellos, y ¿Cómo no admirarlo? son simples humanos, sin ningún tipo de fuerza o poder, pero aun así, aún con todo en contra, no se rendirían y no descansarían hasta ver a esos viles demonios destruidos; es por eso, que les dieron a los doce sabios el conocimientos de la magia, ya que los humanos poseían reservas de poder latentes en su corazón, decidió darles el conocimiento para que estos lo usaran con sabiduría.


Ya con el conocimiento y el poder, los doce sabios invocaron a 72 héroes, que provenían de diferentes universos, cada uno poseía una "habilidad especial" que se les fue otorgada a su alma, ya siendo diferentes en aspecto físico, sexo o edad, hasta se podría decir que no tenían nada en común, aunque, al ser informados de la situación y que ellos eran los únicos que podían hacer la diferencia, decidieron pelear junto a los humanos de ese mundo, aunque no es como si todos hubieran aceptado de buena gana, sino que fueron convencidos por algo que esta fuera de su imaginación...


El grupo de los 72 héroes, que habían sido invocados a este mundo para destruir a los 7 reyes demonios y a sus generales, y así traer la paz a la humanidad; eran comandados por el héroe de código 001, lo que quería decir es que fue el primer héroe al ser invocado, sin duda su poder superaba al de todos, un monstruo en todos los aspectos, se hizo una hipótesis, que si todos los héroes se unieran para combatir contra ella, quedaría en un punto muerto, hipótesis que se confirmó después; pero lo más increíble era que solo se trataba de una pequeña niña.


Una niña de cabello y ojos negros como la noche más oscura, traía puesto un vestido y botas color azabache, su ombligo y para nada sexy cintura podían apreciarse al verla caminar, a simple vista solo era una loli gótica, su edad debe rodear los diez años, no tiene nada de pecho y tampoco gran musculatura, solo una niña... pero esta niña era considerada un monstruo en poder, nadie supo cuál era la habilidad que se le fue otorgada, aunque en verdad nadie quisiera saber que cual era, daba miedo de solo pensar en el nombre, lo único que se sabía de esa niña era su nombre.


Comandante supremo de la primera generación de los 72 héroes, apodada por los mismos dioses como el Dios dragón del caos, Nohelia Parhelia.


Muchos dicen que hasta fue temida por los mismos dioses del olimpo.


La primera gran guerra, que fue nombrada en la historia como "humana-demoniaca", comenzó en lo que llaman actualmente "el año cero del dios dragón del caos", en este mundo.


Justo cuando la invasión llego expandirse hasta consumir a la mitad del planeta, los demonios recibieron el primer contra-ataque de la humanidad, ya sean humanos comunes, sabios o héroes, todos empuñaron sus armas y las levantaron al cielo para abrirse camino entre el mal, muchos humanos murieron, pero sin ninguna pizca de arrepentimiento en sus ojos, los sabios destruyeron miles de asentamientos que esos demonios habían construido, mataron a todos sin piedad o misericordia, ya que con ese trato los abofeteados, ellos se lo regresarían con creces, ¿Dar la otra mejilla? Ni de broma.


No pasó mucho para que se enfrentaran a los generales de los reyes demonios, eran un total de setenta generales, siete de ellos poseían el mismo mandamiento, pero eso no significaba que su poder tenía el mismo efecto, cada uno diferente, con una infinita fuerza y poder mágico, muchos de los héroes murieron bajo sus armas y puños, también diez de los doce sabios, aunque al final, todo el sacrificio valió la pena, derrotaron a los setenta generales de los reyes demonios, dejando solamente con vida a quince héroes y dos sabios.


Aun cuando los generales perecieron, los héroes, sabios y humanos que quedaron, reunieron todo su coraje y fuerza de donde ya no había, y de dirigieron hacia el castillo infernal, en donde les esperaban los siete reyes demonios que representaban a los 7 pecados capitales, sabían que iban a morir, esta descrito en sus caras, pero sus piernas solo conocían el sentimiento de ir hacia adelante, ¿Por qué creían que iban a morir? Pues, la razón es simple, cada rey demonios tiene un poder superior a diez de sus generales, lo que quería decir que con su cantidad, quince héroes, dos sabios y miles de humanos comunes, ganar seria simplemente un sueño, un sueño al igual que regresar a su mundo con sus respectivas familias, todo se iba a quedar así, solo como un sueño que jamás podrán presenciar.


Apenas llegaron estar frente a la puerta del inmenso castillo infernal, se dieron cuenta que les falta una persona, es más, se podría decir que desde que comenzó la guerra, nunca estuvo presente, y eso que era la principal fuerza en su ejército, ¿Podría ser que haya escapado? Eso sería imposible, ella es tan fuerte que hasta los dioses la reconocieron, entonces, ¿A dónde pudo haber ido?


La respuesta a esa pregunta llegó cuando la puerta del castillo fue abierta desde adentro.


Quien salió del castillo, con su vestido azabache todo rasgado, permitiendo ver partes que no se le deberían ver a una niña, descalza, cubierta de sangre y heridas por todo su cuerpo, Nohelia parhelia caminaba tambaleante mientras arrastraba un saco con su mano derecha, camina en dirección a su camaradas, quienes la veían desconcertados, "¿Qué estuvo haciendo aquí todo este tiempo? ¡No es posible!" La comandante suprema, no parecía fatigada en lo más mínimo, caminó cerca de ellos y les entregó el saco a uno de los héroes, y se fue dando solo una instrucción.


---Dáselos a los dioses para que los quemen en alguna estrella.


Con esto dicho, Nohelia parhelia desapareció.


Mientras desaparecía en la lejanía, los héroes junto a los dos sabios observaron lo que había dentro del saco, y lo que encontraron solo fue los restos descuartizados de siete demonios, todas las partes parecían trazos de carne picada, lo único intacto fueron las cabezas, es por eso que supieron que por la cantidad, se trataba de esos siete reyes demonios, lo que era un poco difícil de imaginar, es que solo una sola persona fue capaz de matar esos reyes, aunque por lo que se veía tampoco es que haya salido ilesa, debió haber sido una pelea mortal digna de ver por los dioses.


Una vez los cuerpos descuartizados de los reyes demonios fueron convertidos en cenizas en alguna estrella, los héroes regresaron a sus respectivos mundos, a excepción de uno, que pidió quedarse, ya que si ella no se encontraba para la siguiente guerra, lo más seguro que la humanidad perdería.


Fue ahí cuando explicó que mientras peleaba a muerte contra esos reyes, descubrió que a menos que las tres marías, y un dios del infierno, volvieran a equilibrar el mundo, estos resucitarían dentro de trecientos años y así sucesivamente. Las tres marías, conocidas también como los decretos del Dios soberano, habían desaparecido sin dejar rastro, nadie sabe dónde se ocultan y tampoco hay una pista sobre ellos, así que lo as seguro por el momento es que ella se quedase a proteger a la humanidad.


--- ¿Estas segura que quieres quedarte? ¿No tienes una familia a la cual regresar?


La pregunta la formuló ZEUS, quien ya había enviado de regreso a esos quince héroes.


---La tengo, pero mi familia y mi mundo no sufren un riesgo tan grande, más bien, me preocupa más este, si lo dejo así como está, la humanidad perecerá con el paso del tiempo.


Zeus entendió que esa era una de las razones por la cual quería quedarse, pero no era su motivo principal, él pudo ver el fuego en sus ojos negros, un fuego que gritaba medir su poder contra otros adversarios, su motivo principal era poder pelear con todo su poder contra adversarios que tiene permitido matar sin resentimiento, básicamente era una loca por las peleas, su obsesión por la guerra podría superar a la de su hermano Ares, aunque es unánime, entre estos dos, si se batieran a duelo, su hermano perdería.


Si una aliada así dice que es mejor quedarse para poder proteger a la humanidad, no sabría porque no aceptar, más bien, si dijera que no, solo estaría metiéndose en problemas, problemas muy graves.


---Está bien. Te encargo a los humanos, primer comandante supremo de los 72 héroes, Dios dragón del caos, Nohelia Parhelia.


---Muchas gracias.


...


Pasaron alrededor de trecientos años, y como lo había dicho Nohelia Parhelia, los siete reyes demonios y sus generales, junto con todo su ejército de demonios y sub-especies, regresaron de las profundidades del infierno, a la superficie, para declarar la guerra una vez más.


Nuevamente doce magos fueron escogidos para convertirse en "sabios", para así controlar las herramientas mágicas proporcionadas por los dioses e invocar a los 72 héroes, aunque como uno ya se encontraba en este mundo, fueron invocando a los 71 faltantes.


La segunda gran guerra humana-demoniaca, culmino con la victoria de los humanos.


En esta ocasión, 45 fueron los héroes sobrevivientes, y de los sabios solo 1.


Nohelia Parhelia, volvió a encargarse de los reyes demonios por sí sola, aunque por lo fatigada que terminó, quiere decir que los nuevos que aparecieron eran de un nivel superior al de la primera generación, aunque eso todavía no era un problema para ella, más bien, esperaba con ansias el siguiente, esperar 300 años le parecía casi una eternidad.


Pero ni siempre le tocaban reyes demonios poderosos, había ocasiones en las que estos resultaron ser tan débiles que se quedó insatisfecha, destruyendo el castillo y a las sub-especies por puro berrinche.


Aunque también estaban aquellos que superaban sus expectativas, con grandes poderes y habilidades jamás antes vistas, atacaban con pura intensión de matar, esos siete reyes demonios, que le hacían ver su vida pasar por sus ojos, por cada ataque que recibía, era lo que ella anhelaba, deseaba pelear para siempre, sus ojos negros se bañaron con un brillo especial, su cuerpo se bañó con la sangre de sus enemigos, todo su ser bailaba tan alegre, tan intensamente, pero al igual que esos dioses que protegían el equilibrio, todo tiene que terminar.


Cientos de reyes demonios perecieron bajos los delgados dedos de sus pequeñas manos, hasta el punto que ya le parecía aburrido, ya que de cierto punto hacia adelante, las siguientes generación solo iba en decadencia, se podría decir que hasta los mismo héroes, que están muy por debajo de ella en nivel; podrían derrotar a esos reyes, obviamente más de la mitad muera, pero al final sería una clara victoria.


Aunque su aburrimiento desapareció un día, en cierta época, 72 años antes que los siete reyes demonios volvieran a resucitar.


Se podría decir que los sabios a través de tantas guerras, tomaron la decisión que debían invocar a los héroes con cierta antelación, para así entrenarlos a su debido tiempo, así la efectividad aumentaría y se evitarían muertes innecesarias de estos jóvenes, que son invocados en contra de su voluntad.


Como siempre, tuvieron que empezar por el segundo héroe, ya que el primero seguía en este mundo, y ya que seguía aquí, su puesto no podía ser tomado por otro, fue en ese momento, cuando apareció el segundo héroe, que el mundo alrededor de Nohelia Parhelia empezó a brillar, era un simple chico el que estaba frente sus ojos, en medio del enorme circulo de invocación.


Cabello negro y ojos rojos como la sangre, llevaba puesto ropa casual.


¿Qué es lo que le atrajo de este joven?


Pues, lo cierto es que este chico apenas apareció, las tres marías, que los dioses habían estado buscando por muchos años, aparecieron alrededor del chico e ingresaron a su interior, todo fue tan rápido que solo ella fue capaz de verlo todo, los dioses tampoco fueron testigo de esto, más bien, actualmente, aun después de casi setenta años de ese evento, son ignorantes de la situación.


El chico se presentó ante Nohelia Parhelia como Cristo-fhert , quien parecía ser lo que todo el mundo está buscando, este joven posee ambas partes del balance, tiene bajo su poder a las tres marías, y porta la divinidad del Dios del infierno, es como si el Dios soberano y Lucifer del crepúsculo habitaran el mismo ser, esta podría ser la última de las guerras humana-demoniaca, con esto se podría dar inicio a una nueva era... de solo pensar en lo que podría ocurrir a futuro, hacia muy feliz a esta loli gótica, quien a no soportar la emoción, abrazo con todas sus fuerzas a Cristo-fhert, acaricio su mejilla con la suya mientras decía.


---Desde hoy eres mío. Nii-chan.


El joven Cristo-fhert solo esperaba que en este mundo no exista algo parecido a la ONU, ya que no quiere acabar preso apenas llega.


70 AÑOS MÁS TARDE, JOSEPH, FUE INVOCADO A ESTE MUNDO, DANDO COMIENZO A LA PROFECÍA DEL <APOCALIPSIS>, DONDE SE DICE QUE TODO SER VIVIENTE DE ESTE Y LOS OTROS MUNDOS, SERÁN DESTRUIDOS.


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