Investigando el caso de personas desaparecidas

[Lunes 28 de junio del 2020 <12 : 00 pm>] ---- [*** 28 de *** del *** <12 : 00 am>]


Medio día.


Casa de la familia Kraus, en una de las habitaciones, se encontraba la madre de Adán, Elizabeth Kraus, 39 años.


Aún para su edad se podría decir que se ve bastante joven, su cabello color cereza es un poco más oscuro que el de su hija Sayuri. Las facciones de su rostro son delicados y hermosos, en serio, si ella de te dijera su edad en una conversación casual no te lo creerías, mas bien pensarías que te está bromeando, broma que desaparecería apenas te mostrara su documento de identificación, es recomendable en estos casos no tener ningún tipo de bebida a la mano... podrías derramar el contenido.


Sus ojos cerezas observaban muy atentamente las reseñas de distintos periódicos que habían sido recortados y sujetados con chinches de pared en diferentes partes de la habitación, por su puesto la manera en que estas reseñas habían sido colocadas y ordenadas no eran al azar, sino que tenían un orden especifico, tanto la fecha de emisión como otros aspectos fueron tomados en cuenta, lo único en lo que guardaban similitudes seria que todo trata sobre desapariciones, cierto día, a cierta hora, en algún lugar muy cercano a la sección X, desapareció Y persona, los casos empezaron a ser mas frecuentes desde hace un mes, aunque eso no quiere decir que nunca existieron, los casos de personas que desaparecieron y nunca volvieron a ser encontradas como si se las hubiera tragado la tierra, siempre fue un caso preocupante para todos los detectives de la ciudad, algunos dejaron el caso, otros desaparecieron al investigar ciertos lugares peligros donde se manejaban turbios trabajos donde la policía no tenia acceso, y otros, como Elizabet Kraus, que siguen investigando aún teniendo en cuenta que los siguientes en desaparecer para siempre pueden ser ellos.


¿En donde estarán todas esas personas que han desaparecido? ¿Cómo es que trabaja esta gente? ¿Cuáles serán sus contactos? ¿Estará el gobierno encubriendo todo esto...? ¿Si fuera el gobierno, cual seria su intención?


Eran muchas preguntas que no solo Elizabeth sino todos los detectives empeñados en resolver el caso; se hacían. Obviamente que es preocupante las desapariciones, los policías y todo aquel con una placa en el pecho, seguían cada pista que encontraban, buscaban día y noche sin descanso, era prácticamente el trabajo de todos los días, lo extraño seria que casi nada de esto se sube a televisión, ciertamente la prensa siempre esta cuando hay accidente o casos de homicidio, además que también están al tanto de las desapariciones, pero hasta ahora no se a hecho publico, tan solo pequeñas advertencias sobre que hay personas que son secuestradas en la madrugada, pero no la cantidad actual de desaparecidos, en tan solo un mes habido trecientas personas desparecidas, eso sin contar los meses o años anteriores.


Es demasiado sospechoso, razón por la que la mayoría de detectives piensa que el gobierno esta detrás de todo esto, y seria bastante razonable, solo ellos tienen el poder para controlar los medios de comunicación, además que si ni la policía, que son los que patrullan cada rincón de la ciudad no los han encontrado, es por que ellos mismo están siendo cómplices.


Si eso fuera así, todo tendría sentido.


La paga que ella reside por investigar el caso, solo es como compensación para que siga jugando a la detective, para los altos mandos ella al igual que sus otros compañeros de trabajo solo serian pequeñas hormigas caminando en círculos dentro de un frasco.


Ahora la cosa es... si ella y sus otros compañeros de trabajo harían la de la vista gorda, obviamente una vez llegado a esta conclusión, uno sabe en lo peligroso que seria dar un paso en falso, la mayoría tiene familia y aunque no las tuvieran, antes de que pudieran contactar a alguien, los militares se harían cargo de ellos.


Cuando la mente de Elizabeth estuvo por bloquearse, su celular, que se encontraba en su escritorio, empezó a sonar.


Rápidamente tomó impulso de la pared y fue llevada por su silla giratoria hasta su escritorio, frenó con sus pies desnudos, se podría decir que casi se cae de la silla al hacer una mala maniobra, pero logro mantener su equilibrio y agarró su celular, antes de contestar respiro hondo para relajarse.


---Si, buenas...


Se puso a observar el reloj de pared, que se encontraba en una esquina de la habitación sin ventanas.


---Tardes, con quien tengo el—


---Ya, ya, ya, muy larga la haces solo para contestar una llamada. Soy yo, Gordon, llamaba para decirte que ocurrió otra vez.


---Otro desaparecido.


---Si, si. Sabes, ya estoy harto de esta banda de traficantes de personas, con lo que van ya deberían ser ricos, ¿No podrían irse a otra parte de una vez?


---Okey Gordon, lo discutiremos con unas copas después del trabajo. Por ahora, dime la dirección de la familia, iré para allá.


Una vez Elizabeth obtuvo la dirección, se puso de pie, abandonó su habitación de trabajo, que seria mejor llamarle sótano, porque eso mismo es lo que es. Luego de ponerse sus zapatos taco cinco, descolgó su chaqueta y cartera del perchero, salió de su casa y camino en dirección a su auto mientras buscaba la llave de esta.


---Que horror esto de buscar siempre mis llaves.


Lanzó ese comentario para si misma ya que no encontraba la llave del auto, pasado unos segundos de estar parada frente la puerta del conductor por fin encontró su juego de llaves, será mejor ignorar que tuvo que buscar la llave correcta de entre quince juegos diferentes.


***********


Normalmente antes de llegar con la familia del desaparecido, siempre hay una o dos patrullas de policía frente a la casa, lo cual le pareció raro a Elizabeth puesto que justo ahora no había nada, ya fuera que decidieron no venir o algo los atrasó, pero era una oportunidad perfecta, después de todo, cuando llegaba para interrogar a la familia, siempre estos actuaban de manera extraña, dando respuestas vagas, como si no tuvieran la necesidad de encontrar a su hijo o hija, esposo o esposa, lo cual solo afirma su teoría de que hay miembros policiacos trabajando junto con alguna organización que emplea el trafico de personas.


Rápidamente bajo de su auto y corrió hacia la puerta de la casa.


Tocó el timbre un par de veces y entonces del otro lado de la puerta se pudo escuchar la voz de una mujer.


---Ya voy, espere.


La puerta se abrió, dejando ver a una mujer de edad, su cabello castaño se enredaban con otros de color blanco, todo sujetado a un colet de color negro. Traía una vestido largo color piel y una chompa de lana color marrón. Zapatos taco cinco, del mismo color que su chomba.


---Buenos días, soy la detective Elisabeth Kraus, vengo a hacerle algunas preguntas, ¿puedo pasar?


Siguiendo la misma rutina, Elizabeth se presentó mientras hacia muestra de su placa, el tono de su voz era tranquilo y amigable, muy diferente a la señora de la casa que respondió a su pregunta con un "Pase, por favor ", su tono de voz era melancólico, casi con si estuviera a punto de echarse a llorar.


Ambas caminaron por el corredor hacia la sala, una vez se acomodaron en los sillones, Elizabeth comenzó con las preguntas.


---Para empezar, ¿podría decirme el nombre del desaparecido?


---...Pensé que toda la información principal ya se la había dado a la policía.


---Bueno, estuve algo apurada por venir, por eso solo me dieron la dirección.


---Si ese es el caso... Se trata de mi querida hija, Angela, justamente ayer supuestamente había ido a una pijamada con sus amigas de escuela, pero... al parecer no fue así, justamente sus amigas y unos chicos vinieron todo sudados en la mañana pidiéndome que por favor les diga que mi hija ya se encontraba en casa... sus amigas por si las dudas entraron a su cuarto y no la encontraron... y entre llanto me contaron la verdad.


Las lagrimas, de una desdichada madre; empezó a caer de sus mejillas. Le costaba respirar y a juzgar por las ojeras en sus ojos, se podría decir que no a dejado de llorar desde la terrible noticia que recibió hace varias horas.


---Parece ser que mi hija no fue a una pijamada, sino más bien a una discoteca... la verdad al principio no podía creerlo puesto que ella jamás me a mentido, me cuesta creer hasta ahora que mi querida hija me haya mentido...pero todo eso no se compara con el hecho de que posiblemente no vuelva a verla nunca más...


Elizabeth tomó las manos de aquella madre que podía romperse mentalmente en cualquier momento.


---No se preocupe, yo le prometo que encontraré a su hija, encontraré a Angela, pero para eso necesito que me diga todo, como que a que hora se fue, quienes eran esos amigos, si tenia un novio , el nombre de la discoteca... si...


"Discoteca..." fue esta única palabra la que se mantuvo haciendo eco en toda su mente, puesto que en todo este tiempo que a estado investigando el caso de desaparecidos, todos ocurren muy cerca del centro de lima, obviamente hay muchas discotecas por la zona, pero hay justo una que jamás a tenido ningún incidente en los registros de la policía... es extraño, a menos que por dentro sea en realidad una iglesia, no tiene sentido que sea tan limpio.


Claramente ella sabia el nombre de esa discoteca, pero solo hasta ahora le pareció extraño que sea la única que nunca a tenido ningún solo problema, ni siquiera con la municipalidad, tiene al día todos su papeles y hasta esta al día con sus impuestos... "¿En realidad no será una iglesia en vez de una discoteca?"


---¿Podría decirme el nombre de esa discoteca?


---... Creo recordar que su nombre era—


En ese momento, cuando el nombre de la discoteca que Elizabeth conocía, había sido pronunciado por los mismo labios de la madre, dos patrullas de policía llegaron a la casa.


---Señora, podría hacerme un favor.


---¿?


---Los policías de allá afuera, son colegas míos, la verdad es que ya estoy cansada de que me molesten, ¿Me seguiría el juego hasta que yo me vaya?


Elizabeth guiño su ojo izquierdo hacia la confundida madre.


---Solo será por esta ocasión, por favor.


La madre de Angela se puso de pie, asintió a las palabras de la detective mientras se dirigía junto con ella hacia la puerta a recibir a los policías.


La puerta fue abierta por la dueña de la casa.


---Muy buenas tardes, somos de la comisaria de... Vaya, pero que tenemos aquí, sino es la detective Elizabeth, ¿Cómo es que llegaste tan temprano?


Eran alrededor de cuatro policías, solo que uno se quedó esperando dentro de una de las patrullas, observando cada movimiento, cada signo de ansiedad u algo que le pareciera sospechoso, mientras tanto, los tres restantes, se presentaron frente a la casa, apenas la dueña les abrió la puerta, el que parecía ser el líder tomó la iniciativa para presentarse, solo que se detuvo a medio camino al ver que a una "colega".


---Pues ya sabes, un atajo por aquí y por allá.


---¿Y que lograste conseguir?


---Lastimosamente no mucho, creo que lo mismo que ustedes, chicos.


---Ahora vamos a inspeccionar las pertenencias de la joven, ¿te apuntas?


Mientras se abría paso del pequeño grupo de tres, Elizabeth respondió.


---Me encantaría... pero me surgió algo urgente, ya sabes, cosas de madre.


---Muchas gracias por venir detective.


Iba a completar su oración con un "encuentre a mi hija por favor" pero decidió no hacerlo, algo era extraño en la conversación que estaban teniendo frente a ella, como si la quisieran retener lo máximo posible.


---En serio lo lamento, pero tengo que ir a cumplir con una promesa.


Con esas ultimas palabras, Elizabeth se despidió de aquella madre.


********


Se encontraba esperando que la luz del semáforo cambiara a verde, sus manos temblaban y sudor frio empezó a recorrer su espalda, obviamente por esto el brasier le estaba incomodando. Cuando la luz cambio verde, la tensión que había estado recorriendo su cuerpo, desapareció, pisó el acelerador y giro a la derecha, su auto era uno automático, así que no había un embriague.


Buscó su celular en su cartera, al encontrarlo marcó cierto numero en el directorio y seleccionó "llamar".


---... ¿Qué quieres ahora?


---¿Por que eres tan cortante conmigo, Gordon? Si yo te quiero tanto.


---Deja de burlarte de mi, dime, ¿Qué paso? Puedo notar por tu voz que es algo serio.


Tal vez... si su teoría de que la policía también esta aliada a cierta organización, que le asegura que Gordon, su amigo, tampoco esta con ellos... si terminara por decirle lo que se, que asegura que no la delatará y le tendrá una trampa... podría ser peligroso, estaría cavando su propia tumba, pero...


"Eso seria imposible" Elizabeth confiaba ciegamente en Gordon.


--- ¿Puedes decirme la información base que dio la madre, de la reciente desaparecida; por teléfono?


---Claro. Espérame un segundo... Aquí esta. Muy bien, su nombre es Angela Beatriz Cortez, recientemente había cumplido los 18 años. Según esto, sus amigas y esos chicos que conocieron en la discoteca el "botija", no tienen ningún antecedente, hasta me atrevería a decir que es lo normal para su edad, pero de todas maneras te enviaré la información de esos jovenes. A ver, los padres, Joaquín y Ariana Cortez, trabajan en un mercado de abarrotes a pocos metros de donde viven, hm... están limpios, no hay tienen problemas con su tienda y tampoco son acosados por extorsionadores. Eso es todo.


---Gracias... espera, antes de colgar, ¿podrías decirme la dirección del manicomio en donde están ese par?, ya sabes, los que encontramos en un callejón diciendo cosas como que los diablos se comieron a sus otros amigos.


---Pensé que no te agradaban, razón por la que te negabas a escuchar la dirección.


---Es solo que quiero verificar algo, aunque tengo que admitir que preferiría no hacerlo.


---¿Quieres que te acompañe?


Elizabeth dudó por un momento, pero decidió que seria mejor que nadie la acompañara.


---Por esta vez, será mejor que no. Aunque, podrías invitar tu las copas en la noche.


---Oi... creo que estas abusando de la ocasión.


---Nos vemos, te quiero.


Con esto dicho, Elizabeth colgó la llamada. Sus mejillas estaban enrojecidas y su mirada fija en el camino, aunque su mente estaba pensando en él... no logro contenerse y liberó un suspiro.


---Cuando se dará cuenta.


******


Pasado una hora, Elizabeth por fin llegó a centro de rehabilitación "casa del señor", obviamente este lugar es un manicomio privado y no una de esas enormes iglesias que se enriquecen con el excesivo diezmo de los creyentes, aunque parezcan, por favor no confundir.


Entonces, a que se refería Elizabeth con "aquel par que encontraron en un callejón", pues a los sobrevivientes de aquella noche, en donde tres demonios se manifestaron y comieron a sus amigos dejándolo a ellos como el plato final... aunque no llegaron a tocarlos gracias a la aparición de una joven de largo cabello negro y ojos verdes, que resulto ser peor que un demonio.


Resultaron ilesos, sin ninguna tipo de herida en su cuerpo... pero el resultado de tal horrorosa escena, provoco que mente estuviera al borde de la locura, y aunque aún no habían caído en el profundo abismo de la perdición, para el resto de personas, estos dos, ya no eran capaces de convivir con los ciudadanos normales, razón por los que los encerraron en este centro de rehabilitación.


---Muy buenas tardes, detective, ¿Cuál es la razón de su visita?


---Pues... vine a ver los dos casos especiales.


La enfermera, al escuchar las palabras "casos especiales" entrecerró sus ojos, su sonrisa seguía en su rostro, como si fuera lo único de su cara que estuviera fija con super-pegamento. Elizabeth decidió hacer la vista gorda, actuando con naturalidad.


---Pase por favor.


La enfermera con una expresión mas relajada, llevo a Elizabeth hacia un cuarto muy al fondo de las instalaciones.


--- ¿Desea que llame a algún doctor para que le ayude a tratar con los pacientes?


---No es necesario.


---Esta bien, estaré por aquí cerca si necesita mi ayuda.


Ambas asintieron con la cabeza, la enfermera, con su rostro de póker camino por el largo pasillo hasta girar a su mano izquierda, en donde le espera otro largo pasillo. Elizabeth sabia que no le quedaba mucho tiempo hasta que empiecen a sospechar de ella, si alargaba mucho la conversación con esos dos, y si las preguntas resultan ser muy comprometedoras, a los mejor nunca saldría de este lugar.


Teniendo muy presente el peligro, giro la perilla de la puerta y la abrió.


*******


Elizabeth ingresó a la habitación, apenas puso un pie dentro, los dos sujetos que llamaremos por ahora, A y B, que estaban con la típica camisa de fuerza; se asustaron de tal manera que usaron todas sus fuerzas por arrinconarse a sus esquinas, estos balbuceaban en pánico cosas que para Elizabeth no tenían ningún sentido.


Antes de empezar con su leve interrogatorio, busco un lugar donde sentarse mientras echaba un vistazo a las cámaras, y era como se lo esperaba, a un costado de las cámaras había un pequeño micrófono, lo que quería decir que no solo la estaban vigilando, sino también escuchando, la situación se pondrá fea si comete un solo error, jamás se había sentido tan presionada, una cosa es tener a cientos de criminales a tus espaldas, esperando la oportunidad para apuñalarte, pero ahora no solo son criminales, también sus colegas policías y lo mejor el gobierno que controla todo el país.


La verdad es que ella no tiene por que ir y meterse a la boca de lobo, mientras se mantenga al margen y no haga prácticamente nada que llame su atención, podría tener una buena vida, con su mismo salario, tendría a su familia y al chico que le gusta, en una posición favorable... pero... las cosas a sus ojos estaban mal, todo está mal, no ganaría ningún reconocimiento y tampoco un aumento, mas bien, si algo sale mal, no quedará nada de ella ni para verla en su funeral.


Solo por el echo de saber que las cosas están mal, ella no se quedaría con los brazos tranquilos, era su deber, la placa en su pecho le gritaba que siguiera adelante e hiciera lo que ella creyera lo correcto.


---Lamento presentarse tan toscamente frente a ustedes, mi nombre es Elizabeth, una simple mujer que quiere hacerle unas preguntas.


---¿¡Mu-mujer, mujer dice, mujer, mujer, mujer, mujer dice!? Esa mujer, esa mujer... peor... peor que un demonio... esos demonios... ¡Esos demonios se comieron a nuestros amigos! ¡Eran demonios, horribles, toda su piel estaba quemada y bur-burbujeaba sangre de todos lados! Se... se comieron a nuestros amigos... *Sollozo* ... Juan iba a casarse... él estaba tan feliz... nuestro amigo de casi una vida estaba muy feliz... por esos decidimos llevarlo antes que se casara a una discoteca... pero... pero...


La información que el hombre B soltaba sin cuidado, estaba mezclada y difícil de entender, además que casi no vocalizaba bien y no se le entendia lo que realmente quería decir, Elizabeth tuvo que sacar su libreta de la cartera a su lado derecho, junto con un lapicero azul.


Empezó a anotar todo lo que el hombre decía e intentaba con cada neurona de su cerebro entenderlas para que se le sea mas rápido comprenderlas después.


---Esos tres sujetos... esos tres... se arrancaron la piel cuando nos hicieron entrar por cierto callejón...


El sujeto B había estado balbuceando en tan bajo tono de voz que no se le podía oír, entonces, el sujeto A habló por él, aunque a diferencia de su otro amigo, este no estaba tan aterrorizado, se le notaba algo tranquillo pero inquieto a la vez.


---¿Se arrancaron la piel...? Lo dices de forma metafórica o...


---Obviamente literal... aunque se que no va a creerme, todos aquí ya nos llaman locos y sin remedio, hasta yo ya empiezo a creer que es así... jajaja...


---Les creo... mi ex esposo era algo especial, por lo que cosas así me parecen más razonables que a otras personas.


Dicho esto, llevó su mano a su barbilla.


--- Hum... así que demonios, piel falsa, tal vez de sus antiguas victimas, quemaduras alrededor de su cuerpo, se alimentan de humanos en la noche, y definitivamente salen de esa discoteca... ahora lo que no entiendo es.


Elizabeth estuvo hablando para si misma, en voz tan baja que el micrófono aun lado de la cámara de seguridad no podía percibir, una vez llegó a una conclusión sobre esos demonios, volvió hablar.


---Podrías decirme sobre esa chica, por lo que dices, parece que les salvó la vida.


---Estaba muy aterrado en esos momentos, vi como mis amigos eran comidos vivos, les abrían el vientre con sus garras y se metían todo a la boca, pensé que también me llegaría la hora de morir... hasta que ella apareció.


El sujeto A parecía estar en algún trance, miraba hacia algún lugar fijamente.


---Definitivamente era una mujer... una mujer de largo cabello negro y ojos verdes, no podría decirle como era su rostro por completo, por-por que todo estaba muy oscuro... lo único que si soy capaz de decir que es era peor que esos demonios, mató a uno con mucha facilidad, luego el otro, a una velocidad que jamás pude ver, le cortó un brazo... ha-había sangre por todos lados, pero de pronto su brazo volvió a estar ahí.


--- ¿Dices que le cortaron el brazo a esa mujer? ¿No será que te confundiste?


Sujeto A abrazó sus piernas, su cuerpo empezó a temblar con más frecuencia.


---Eso mismo pensé yo... hasta que vi como ese demonio, con sus garras le desgarraba toda la cara, su garganta, el suelo se llenó de órganos por todos lados, pero... no pasó ni cinco segundos y ya la mujer se encontraba como si nada...


Elizabeth escribió en su libreta, "Mujer de largo cabello negro y ojos verdes... alta capacidad de regeneración, no, a esto se le podría llamar 'inmortalidad'... creo"


---El último demonio trató de escapar volando, pero ella lo alcanzó, no era una velocidad que no se pueda seguir con la vista, por esa razón pude ver que llevaba un uniforme, el uniforme de una de las diez mejores escuelas del país... no me acuerdo cual era... pero el símbolo es de un águila con un tridente...


Elizabeth cerró su libreta, cerro sus ojos y dijo mientras se ponía de pie.


---Muchas gracias por la información, pero no creo nada de lo que me dices, obviamente ambos están locos de remate, me aseguraré que nunca salgan y se pudran aquí, a lo mejor ustedes fueron los que mataron a sus amigos producto de su borrachera, aaaag, como me enferma la gente como ustedes.


Todo esto fue dicho mientras sigilosamente cruzaba los dedos, en un Angulo que la cámara no era capaz de observar pero si el sujeto A, quien entendió que posiblemente todo lo que acaba de decir podría poner sus vidas en riesgo y que ella esta haciendo lo posible para que puedan sobrevivir.


---Lo sabia... es una más del montón, ¡Lárguese, lárguese de aquí maldita!


Elizabeth salió de la habitación mientras agradecía en su corazón al sujeto A.


Casi por llegar a la salida la enfermera, que le había recibido al inicio; parecía que trataba de retenerla por algún tiempo hasta que llegaran sus refuerzos, pero Elizabeth terminó una futura confrontación con un "No tengo tiempo para estar lidiando con enfermos mentales, fue un error venir aquí" y sin más, salió de las instalaciones.


Subió a su auto y fue rumbo hacia su casa mientras analizaba los datos que había adquirido en estas horas, en su mente.


---En serio necesito ir a beber.


Se dijo eso para sí misma poco después de estacionar su auto frente el garaje de su casa. Bajó de su auto luego de poner a un lado sus deseos de ir a tomar con cierta persona especial para ella, llegó a su puerta y la abrió mientras suspiraba por el estrés de hace unas horas.


---Ya llegué—


Al entrar a su casa se encontró con una escena algo extraña, su hija mayor, Sayuri, estaba obligando a su hermano menor, Adán, a quitarse la ropa, más bien, parece que ya lo había despojado de su camisa y corbata, el pantalón ya casi salían, dejando solo a su indefenso hijo en ropa interior.


---¡Sa-sa-sayuri!


Tanto como la hermana mayor y el menor, no supieron cómo reaccionar al ver a su madre en la puerta, aunque el menor, Adán, tenía una coartada, y eso seria que estaba siendo obligado, llevado en contra de su voluntad a quitarse toda la ropa, por su hermana mayor, Sayuri, quien sería la criminal en este acto tan obsceno.


---¿¡Qué se supone que le estas haciendo a tu hermano!?


Adán solo pudo guardan silencio mientras tanto su hermana soltó un simple.


---...Ups.


********


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