第3話 Un camino lleno de problemas
Al comenzar el viaje al día siguiente que huyeron de la ciudad de mercaderes, se encuentran con que el camino principal está siendo vigilado por los lagartos, por lo que deciden tomar una ruta alterna por el bosque, avanzan cuidadosamente debido a que también hay grupos de reptiles patrullando el bosque, pero se mueven sin ser detectados.
Tras una hora de caminata encuentran un pequeño pueblo a las afueras del bosque, en este se encuentra un grupo de 5 lagartos que están amenazando a los pobladores para que les digan si han visto a unos sospechosos en el lugar, al ver esto Lizbet le pide a Elzok que ayude al pueblo.
Lizbet: Elzok, por favor, ayuda a los aldeanos, ellos no tiene nada he ver en esto y todo es por nuestra culpa.
Elzok: como tú dices, no tienen nada que ver con nosotros y no veo la ganancia en ayudar a este grupo de lugareños.
Lizbet: por favor.
Elzok: ya dije que no, mejor sigamos andando y aprovechemos esta distracción.
Lizbet: pediré que te paguen más.
Elzok: entonces si hablamos en esos términos esta mejor, quieres que los mate, ¿no?
Lizbet: no, sólo déjalos inconscientes.
Elzok: está bien, pero si regresan con mas no me hare responsable.
En ese momento Elzok se dirige hacia los lagartos y con un rápido movimiento los deja inconscientes, los lugareños al ver lo que pasa se asustan y salen corriendo del lugar. En ese momento, por la entrada el pueblo se vienen acercando un grupo de reptiles que al percatarse de lo sucedido tocan un cuerno dando la señal de haber encontrado a los fugitivos por lo que comienza una persecución por el bosque, tras varios minutos de escape son arrinconado contra una pared de rocas bastante grande, los lagartos son alrededor de 20 esta vez y más atrás se aproxima otro grupo de ellos que permanecía bloqueando los otros caminos.
Al estar totalmente rodeados y sin una vía de escape, Elzok decide utilizar uno de sus trucos ocultos y lanza una roca hacia ellos que se termina transformando en una gran quimera alada, al ver eso los lagartos se asustan y retroceden así abriendo paso para que puedan escapar Elzok y Lizbet.
Lizbet: ¿que fue eso? ¿Cómo hiciste para que saliera una quimera?
Elzok: pues es un poder básico de la oscuridad, podemos producir ilusiones y otras cosas donde haya sombra u oscuridad.
Lizbet: aaa, entonces fue eso.
Elzok: ¿he? No te vez tan sorprendida.
Lizbet: ha, es que realmente sabía que no me harías nada.
Elzok: ¡haaa! No hables tonterías. (Sonrojándose)
Tras varios minutos caminando deciden acercarse al camino principal y se dan cuenta que no había nadie vigilándolo por lo que rápidamente corren hacia una carreta que iba pasando.
Después de unas horas la carreta se detiene, en el exterior se escucha mucho ruido por lo que Elzok decide ver lo que está pasando, al observar por entre las mantas que los cubrirán se da cuenta que están en una ciudad, al parecer es la ciudad de Mounter, una ciudad minera que se encuentra a los pies de una montaña, aquí se especializan en el comercio de minerales raros y artesanía humana, los humanos se especializan en crear armas y armaduras debido a que no pueden usar magia, pero a pesar de esto pueden rendir culto a los dioses y estos los recompensan con esencias mágicas con las cuales fabrican gemas y armas mágicas.
Al percatarse de esto Elzok decide bajarse de la carreta junto con Lizbet e ir a algún lugar para vender las mercancías que aún le quedaban. Tras varias vueltas por el mercado logra vender unos productos por lo que consigue 3 cristales amarillos con los cuales decide comprar unos zapatos y una capucha para Lizbet.
Por otro lado, en las afueras de la ciudad se encontraba un grupo de reptiles buscando a nuestros personajes, para pasar desapercibidos envían a un espía profesional el cual es un hombre camaleón, al poder cambiar de colores podría camuflarse para encontrarlos sin que ellos se den cuenta por lo que deciden rodear las entradas de la ciudad y esperar a que les avisen.
Mientras tanto Elzok y Lizbet deciden pasar a comer algo a una taberna del lugar, en esta se encontraba un montón de gente sospechosa y cubiertos capuchas así que pasarían totalmente desapercibidos, tras haber comido algo deciden tomar un descanso del viaje y analizar por donde podrían salir de la ciudad sin ser detectados.
Elzok: mmm, tenemos que ver cómo es que saldremos de aquí sin que nos encontremos a esos lagartos, si mal no recuerdo la mansión de tus padres queda cruzando esta montaña ¿no? ¿Cómo fue que llegaste a Estburn?
Lizbet: haha, pues... cuando vine a comprar unas cosas a esta ciudad le pedí a un señor que nos llevará en su carreta hasta Estburn.
Elzok: ¿a? Así de fácil.
Lizbet: pues sí, así fue como llegue a esa ciudad.
Elzok: aaa pues bueno, ahora a pensar que podemos hacer, sabiendo que estos chicos son un grupo grande ya deben tener todas las entradas del pueblo rodeadas y algunos de sus hombres ya deben estar buscándonos en la ciudad, en ese cas…
(En ese momento un encapuchado se levanta de su asiento y se acerca a la mesa donde esta Elzok.)
Encapuchado: si lo que quieren es salir de esta ciudad sin ser detectados puedo ayudarlos por un módico precio.
Elzok: no gracias.
Encapuchado: he... que... dijiste.
Elzok: no necesitamos tu ayuda así que puedes irte.
Lizbet: pero Elzok, ahora necesitamos salir de aquí y no conocemos la ciudad.
Elzok: pues tienes razón, pero no por eso vamos a confiar en el primer idiota que se nos crucé en el camino, que tal sí trabaja para ellos y nos engaña.
Lizbet: pues ciertamente.
Encapuchado: hee, pues no trabajó para nadie más que para quien me pague así que no se preocupen, yo los puedo guiar.
Elzok: y quien me puede asegurar que ellos no te han pagado ya y que no nos guiaras a una trampa.
Encapuchado: no... No había pensado en eso, ¡pero les puedo asegurar que nadie me ha contratado en estos días así que no tienen de que sospechar!
Elzok: de todas maneras no necesitamos tu ayuda así que hasta nunca.
Lizbet: lo siento pero él es quien decide, gracias por querer ayudarnos, hasta pronto.
Encapuchado: ... pues no puedo hacer nada más, no me culpen si terminan encontrándolos, nos veremos pronto.
Elzok: pues bien, como decía, deberíamos buscar una ruta alterna para salir en caso que el camino principal este bloqueado y seguir hacia las montañas para llegar a tu casa.
Lizbet: pues eso deberíamos hacer, yendo por el camino principal nos tomaría unas 5 horas caminando llegar a mi hogar, pero en carreta nos tomaría sólo 2 horas.
Elzok: pero seríamos un blanco fácil de todas maneras, tendremos que ver algún camino alterno.
Lizbet: ¿pero como lo haremos?, no conocemos esta ciudad, ¿cómo sabremos cual es el camino más seguro?
Elzok: pues no tenemos como saberlo, lo mejor sería viajar de noche para aprovechar la oscuridad.
Al anochecer deciden salir de la ciudad, por lo que se dirigen a una de las salidas que llevan hacía la montaña sin ser descubiertos, pero al ir caminando hacia una salida son rodeados por un grupo de hombres reptil, esto al parecer era una emboscada, entre el grupo de reptiles se escucha un murmullo que decía, "al parecer lo que nos decía ese sujeto misterioso era verdad" - "el encapuchado tenía razón" y esto parecía ser preparado por alguien al fin de cuentas. En ese momento el lugar comienza a ser tapado por neblina tan espesa que no deja ver nada más allá del alcance de las manos, es ahí cuando un sujeto encapuchado aparece y los lleva hacia los acueductos de la ciudad.
Tras haber perdido de vista a los reptiles, se detienen para hablar con el encapuchado.
Encapuchado: buenas noches, me presentó, soy la mercenaria Catwin, una mujer especializada en el engaño y en la infiltración.
Elzok: así que esto fue preparado por ti supongo.
Catwin: he he, como esperaba del gran zorro negro, no se te escapa nada.
Elzok: y ahora nos cobraras por habernos salvado, ¿no?
Catwin: pues con una pequeña suma de cristales estaré contenta.
Elzok: bueno, mientras no nos guíes a otra trampa no habrá problema.
Catwin: cómo crees que voy a engañarte, no quiero morir tan joven, he, estoy muy complacida con el dinero que le saque a esos reptiles, pero con un poco más que me des no tendré problemas, sobre todo sabiendo que obtendrás una buena recompensa por devolver sana y salva a la hija del Conde Crownbell.
Elzok: ooo, así que también sabes de eso, así todo encaja, por esta vez no importará, vayámonos antes que nos encuentren.
Lizbet: de que están hablando Zoki.
Catwin: ¡Zoki! Jajajajajaja
Elzok: ¡te dije que no me dijeras así!
Lizbet: pero, tu me dejaste mientras estu-
Elzok: ¡pero ahora no! Mejor vayámonos.
Tras terminar las presentaciones Catwin los guía hacia la salida que daba a los pies de la montaña pero tendrían que ir a pie para pasar desapercibidos, en ese momento la gata recibe como paga un cristal amarillo y se marcha con una sonrisa burlesca.
Mientras iban de camino a la mansión, el camaleón que enviaron a encontrarlos decide seguirlos de cerca, después de unas horas de viaje se da cuenta que están llegando a la mansión de los Crownbell, por lo que decide volver a informar al grupo. Al llegar con su grupo comienza a contar lo sucedido y empiezan a ver que deberían hacer.
Líder reptil: así que... Como fue la búsqueda.
Camaleón: pues se dirigen hacia la mansión Crownbell, todo va como lo hemos planeado.
Líder reptil: entonces ahora sólo queda esperar la señal para actuar, por el momento diríjase al lugar acordado y luego terminen el trabajo.
Reptiles: ¡si líder!
Líder reptil: por ahora me quedare en la ciudad y espero que los resultados sean los que esperamos, quiero al zorro con vida así que no lo maltraten mucho.
Al terminar con la charla todos se dirigen hacia las cercanías de la mansión a la espera de la señal.
Por otra parte, Lizbet y Elzok acaban de llegar a la entrada de la mansión donde se encontraba un guardia, este los detiene bruscamente y les pregunta que es lo que hacían a estas horas en ese lugar, al acercarse Lizbet y sacarse la capucha, el guardia la reconoce he inmediatamente los deja pasar. Al ir entrando a la mansión sale un grupo de sirvientes que les estaban esperando, les piden las capuchas pero Lizbet es la única que la entrega, luego les preparan la cena y el baño a Lizbet para que se relajase, tras haber terminado el baño se sientan en la mesa y comienzan a conversar un momento.
Elzok: como suponía, una gran atención y bastante lujo.
Lizbet: te había dicho que era la hija del Conde.
Elzok: hablando del Conde, donde se encontrará que no sale a recibirte.
Lizbet: mmm, eso me preguntó yo, ya tenía muchas ganas de verlo.
Elzok: por mi parte espero recibir mi recompensa luego, con esto podré descansar un buen tiempo. (Con expresión de estar fantaseando un buen panorama)
Lizbet: hum, si eso es en lo único que piensas.
Elzok: claro está, si soy un mercenario, lo único que me interesa es obtener ganancias de mis trabajos.
Lizbet: idiota, hum.
Sirvienta: ¿se le ofrece algo más señorita?
Lizbet: pues quisiera poder hablar con mi padre en este momento.
Sirvienta: lo lamento señorita pero él no se encuentra disponible por hoy, mañana por la mañana los atenderá el señor así que sería mejor que descansen por hoy.
Lizbet: hee, yo quería hablar con el ahora.
Elzok: mmm, que raro parece todo esto.
Lizbet: huum, pues no queda de otra, mañana tendré que ver mi padre, tendrás que esperar un poco más Zoki.
Elzok: he, ¡no me digas así!
Lizbet: he he, tranquilo, ya mañana será el último día que estaremos juntos, ya podrás volver a tu vida normal sin que te moleste. (Con una clara expresión de tristeza)
Elzok: pues eso espero, ya estaba bastante cansado de esos lagartos, pero ahora tendré que marcharme a otra ciudad para que no me encuentren.
Lizbet: bueno, entonces esto sería el adiós, muchas gracias por todo, Elzok. (Con una sonrisa muy tierna y casi al borde del llanto)
Elzok: pues... eso creo.
Al terminar la cena se dirigen a las habitaciones, Lizbet al entrar en su habitación se recuesta aliviada por estar de nuevo en casa, mientras que Elzok que se queda en un cuarto de visitas sólo se queda sentado pensando en un problema que le preocupa.
Elzok: todo esto parece muy sospechoso, el padre de Lizbet no se presentó a pesar que llegó a estas horas tras unos días perdida y también toda la preparación que había en la mansión a pesar que no sabían que ella llegaría, es como si ya lo tuvieran todo planeado, tampoco ha aparecido el hermano quien fue el que la traicionó, todo esto me huele mal, pero, no debo involucrarme mucho en esto, mientras me paguen lo que me corresponde todo estará bien, pero...
Después de esa larga noche, al fin pueden descansar tranquilos y aunque algo le inquietaba a Elzok, descansa plácidamente. Ya por la mañana, Lizbet y Elzok se dirigen hacia el salón principal en donde los esperaba el Conde Crownbell, al abrirse las puertas de la sala se ve un sujeto al fondo del pasillo.
Elzok: ha, ¿quién es ese?
Lizbet: he-hermano.
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